Monday 23 March 2020

Días 5,6 y 7: Soplos de aire fresco.

Imagina cualquier día del mes de Agosto en algunas de las ciudades más calurosas de España. Tienes que salir por obligación de casa a hacer un recado importante al otro extremo de la ciudad en torno a las 4 de la tarde y lo peor...es domingo y no hay mucha frecuencia de transporte público, por lo que la única opción para ir hasta allí es andar. Te embarcas en la aventura sólo aptos para valientes - y frioleros - y comienzas tu andadura con un calor que te produce sofoco y sudores que aumentan a cada paso que das. En medio del camino comienzas a sentir un ligero mareo que te hace pararte en una fuente a empaparte el cuello, gracias a lo cual puedes continuar con bastante ánimo para alcanzar tu objetivo de la tarde. Pasas una plaza completamente desierta por la climatología extrema y ves al otro lado de la misma tu ansiado objetivo...cruzas el dintel de la puerta y ¡¡¡¡OHHHH!!!!...nada más entrar recibes en la cara un soplo de aire proveniente del aire acondicionado que da significado y recompensa a todo el camino recorrido.






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    Este pequeño relato puede hacer las veces de síntesis gráfica de mi fin de semana. Un fin de semana que comenzaba un viernes sobre las 8 de la mañana dispuesto a comenzar mi quinto día de confinamiento en el "instituto de campaña" que supone mi salón. 

    Una mañana que, para no mentirnos, no fue nada parecida a días anteriores...un sentimiento de bajón se apoderaba de mí, un sentimiendo que - como siempre, también es verdad - va pasando a lo largo de la mañana pero el viernes fue más largo de lo normal y duró hasta bien entrada la tarde - quizá por el hecho de que me mantuve todo el día sentado, mirando al ordenador ya que, tras teletrabajar, tuve que escuchar la clase de oposición que dado a la situación, ha tenido que pasar a formato online o el simple hecho de que era viernes y no lo parecía, ni de lejos... -.

    Ese sentimiento "voló" al recibir el primer "soplo de aire fresco" del fin de semana al comenzar lo que ya he bautizado como "caña virtual" con dos compañeras de oposición. Al igual que os comentaba en el teletrabajo...no lo prefiero por nada del mundo pero, oye...las circunstancias mandan y hay que adaptarse así que igual que lo hacemos cada viernes a las 20.30 nos plantamos cada uno desde sus respectivas casas con una lata de cerveza, algo de comer y muchas ganas de compartir qué tal habían ido esos días y así fue...pasamos un rato la mar de entretenido con confidencias, risas y demás relatos de estos primeros días de confinamiento.

    Después de ese "soplo" mi subidón era considerable...tal que inicié una llamada con mis tíos y primos para seguir la noche de "fiesta", con ellos hablamos sobre qué tal llevaban el confinamiento y empezamos una ristra de "challenges en directo: toques al papel del baño, intentar mantener el cepillo de pie, pasar el cepillo de la parte trasera del cuerpo a la delantera, etc.", todos ellos improvisados...que acabó con alguna webcam que otra por el suelo, un papel del baño completamente deshilachado, pero daba igual lo importante era despejarnos por un rato y "huir" de la rutina tan férrea que nos impone nuestro compi.

     Con este subidón que contrastaba con el bajón mañanero me fui a la cama, dispuesto a vivir el primer fin de semana de confinamiento "oficial" pues el anterior aún salía a correr y eso me sirvió como un despeje bastante considerable.

    El sábado amanecí de nuevo raro, normalmente tengo la rutina de aprovechar la mañana de sábado para salir a correr pero otra rutina que nuestro fiel compañero me ha arrebatado, así que sin encontrar ninguna opción de ejercicio complementaria - aún no conocía los beneficios y medios del ejercicio en casa - me dispuse a estudiar - ¡que buen plan complementario, oye! (ironía modo ON, claro está...) -.

    Pasé la mayor parte del día estudiando, quizá por miedo a "no tener que hacer nada" - esto ya me pasaba antes del confinamiento e imaginaos en esta situación - aprendizaje que creo que me puede brindar esta situación, pero sobre el que aún tengo que trabajar, poco a poco...

   Terminé sobre las 20 de la tarde y,de nuevo, me esperaba el ansiado momento de  la "caña virtual" "con qué poco nos conformamos en situaciones excepcionales como estas", me repito en mi cabeza en muchas ocasiones estos días -.
con otra amiga, otro de los "soplos de aire fresco" que tanto necesito...una caña, unos quicos y un dispositivo con internet son todo lo necesario -

    "Era sábado y el cuerpo lo sabía" pues mis padres decidieron pedir pizza para cenar por el - recién pasado - día del padre, cena ameniada por la presencia - virtual - de mis tíos y compartiendo, de nuevo, las vivencias de estos - tan singulares - días. Pizzas, en su mayoría, comidas y algún vino que otro también, bebidos, nos plantamos en las 23 de la noche y decidimos podernos a ver una película - nada apropiada para el momento, por cierto, ya que iba sobre un hombre que se quedaba 30 años confinado en un escondite en los últimos años de la guerra civil y la dictadura española -, la cual se quedó a la mitad por ser muy larga y el sueño comenzaba a hacer mella - sueño...¿de qué? direis, ¡pues no sé! son esas cosas raras que pasan en el confinamiento, igual que tener todo el día hambre... ¿no te pasa? - .

    El domingo recibí una "bocanada de calor" - siguiendo el simil meteorológico - nada más comenzar la mañana...pues nuestro Gobierno nos anunciaba que el estado de alarma actual se alargaba 15 días más. Cosa que es buena en lo que a nuestra relación nos respecta - nos podremos seguir "leyendo" unos días más - pero que conlleva alargar unos días "atrapados/as" en casa y sin la posibilidad de viajar, hacer deporte de exterior, entre otras muchas cosas...

   
 Decidí combatir este duro golpe poniendo fin al sedentarismo - con ese objetivo y con el objetivo de bajar las pizzas de la noche anterior, a decir verdad que hicieron que me sintiese llenísimo todo el rato - y comencé a explorar eso del "deporte desde casa", poniendonos - mi hermano y yo - un canal de You Tube de un entrenador que nos dejó extasiados, la verdad...algo que - ya os adelanto - ha tenido consecuencias en los días siguientes (¡De qué manera me estoy acordadando del entretador virtual - formato digital - últimamente! ). Terminé cansado pero con la sensación, de nuevo, de haber recibido otro de los "soplos de aire fresco" que tanto me gustan.

    El domingo - al contrario que normalmente - fue a peor, a lo largo del día. La sensación del domingo - ya de por sí, algo depresivo - y el confinamiento, hicieron que mis animos se viniesen abajo cada hora que pasaba. No obstante sin darme cuenta estaba siendo el personaje cruzando la ciudad que os comentaba al principio dispuesto a llegar a mi último "soplo de aire fresco" del fin de semana, que supuso una conversación - algo tardía, sobre las 23 de la noche - con dos amigas. De nuevo, descubrí que el compartir las vivencias y desahogarte un rato, sirve de mucho y , esta vez, me hicieron irme a la cama con un ánimo bastante diferente al que tenía horas antes y dispuesto a "comerme" la segunda semana de confinamiento.

Por la televisión, no paran de repetirnos que esta semana será dura y recibiremos noticias aún no muy buenas...yo os digo, una vez más, como presidente de mi (nuestro) espacio llamado Blog que le sigamos poniendo OPTIMISMO a la vida y sobretodo busquemos constantemente esos "soplos de aire fresco" que tanto nos ayudan a alcanzar nuestro cercano - o lejano - pero seguro que andsiado, objetivo final.

1 comment:

  1. De nuevo GRACIAS,por esa BOCANADA de aire fresco que supone leerte y SENTIRTE aquí

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