Wednesday 27 May 2020

Días 63 al 70: Socialización, ¿qué era eso?

"El hombre es un ser social por naturaleza": ya lo decía el gran - y estudiadísimo - Aristóteles. Odiado por algunos (sobre todo los jóvenes que se presentan a la prueba de acceso a la Universidad) y amado por otros muchos, lo incuestionable es que, primero, sigue siendo referente en la forma de pensar de occidente hasta tal punto que, como ya he indicado, sigue formando parte (tras siglos de Historia) del currículo del sistema educativo español y formando parte de una de las pruebas de evaluación más importantes en la vida de un estudiante y, segundo, dió - ya en su día - en la clave de uno de nuestros mayores pesares (para algunos/as) en esta pandemia...la socialización.





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    La semana pasada por fin salió mi amigo el sol, se hizo de rogar...pero allí estaba el lunes, espléndido, como siempre. Esa bienvenida ya vaticinaba que se iba a tratar de una gran semana y, a pesar de "lo temprano" para adivinarlo, la verdad es que así fue. Fue una semana en la que me reecontré con dos viejos amigos - pero estos de verdad, nada de falsos "compis" como el coronavirus - el sol y la socialización, elemento que, en el medio de esta crisis, parecía ser lo menos importante y cuando nos reencontramos con ella, caemos en la cuenta de lo mucho que está en nuestra naturaleza - como ya adelantó nuestro filósofo "de cabecera" en esta entrada.

    La verdad que, llegado un punto, pensaba que las videollamadas habían sustituido casi por completo la socialización "presencial" y era algo que, aparentemente - sólo aparentemente - no hacía mella en mí. Pero esta semana iba a comprobar que esa creencia era solo eso "una creencia".

    Hace ya unas semanas una amiga de Torrejón me animaba a quedar, tomando las medidas de seguridad pertinentes (¡claro!), a lo que yo - a pesar de que en un primer momento acepté, a los pocos días me eché para atrás, por sentirme mal viendo las malas noticias que aún nos llegaban - pero la semana pasada, al no pasar de fase por segunda semana consecutiva, decidí "relajarme" un poco en ese sentido y reponder un - ¡venga va! (como una casa) - cuando recibí de nuevo la oferta, para quedar la semana siguiente.

  Como ya os contaba, la mayor parte de la semana nos regaló un sol radiante, así que pude retomar mis paseos/carreras a las 20 pero esta semana con una novedad que se antojaba emocionante a la par que intrigante...¡iba a hacerlo acompañado!.

    Y , de esta manera, tras un lunes de fase 0 soleado y de teletrabajo - con mucho menos carga de cosas a hacer, eso también ayudó a la semana "estrella" - me planté en la "víspera de la socialización" con un martes también más o menos despejado de trabajo y con hasta nervios por cómo sería esa primera salida con alguien que no fuese mi familia. Eso que antes dábamos por echo, ahora era algo momentáneo, limitado a un tiempo y que, por lo tanto, había que "exprimir" y sacar todo el mejunge posible para cargar fuerzas hasta la próxima vez que se vuelva a producir.

    A eso de las 19, terminaba de trabajar y me disponía, relajadamente, a enfundarme en mis mallas y mi camiseta de deporte...esta vez condicionado porque alguien me esperaba para la caminata de la tarde y el "gusanillo" y las preguntas de ¿Cómo era hablar con alguien en persona ? ¿Dónde había que mirar? ¿Qué temas será adecuado sacar? , en definitiva...¿Cómo se socializaba? - todo muy TGD, los compañeros/as educadores, me entenderán - estaban en mi cabeza y estómago. Gusanillo y preguntas que se despejaron al ver a mi amiga y sentir una ilusión inusual al ver a alguien - al menos antes de la "era COVID".

 
La caminata fue un no parar de hablar - cómo había ido todo este tiempo, próximos proyectos, series vistas y por ver, cómo estaba yendo el trabajo, etc...incluso nos pusimos  "HOT" y sacamos un poco de salseo al hablar de temas sexuales, que también estaban dando de sí esta cuarentena. Recorrimos medio Torrejón hasta que las piernas pidieron un respiro y decidimos volver a casa a eso de las 22 de la noche con una garganta inusualmente cansada de tener tanto ejercicio y una sensación de plenitud y alegría como poca veces en estos últimos meses. Los días siguientes se avecinaban con otro "color" tras haber tenido ese "despeje" tan "despeje" y que me hizo reflexionar sobre que os hablabla al principio de la entrada relativo a la naturaleza social del ser humano.

    Dos días más adelante, el jueves - día 65 de confinamiento - tocó, de nuevo, socialización "presencial" ya que quedé de nuevo con mi amiga para otra caminata acompañada de más anécdotas, cotilleros y demás "habladurías". Esta vez nos decantamos por la naturaleza y recorrimos parte de los caminos rodeados de campo que tiene Torrejón, vistas, olores y colores que se recargan , sumándose a la "carga de batería" que estaba suponiendo, ya de por sí,  esas salidas.

    Nuestro espíritu aventurero del día no tenía fin - eso y el aburrimiento, que es muy malo...- y nos propusimos descubrir qué sentido tenía hoy en día un misterioso antiguo almacén de "Galerías Preciados" a las afueras de Torrejón en cuya entrada rezaba "Ministerio de Educación y Cultura". Con el propósito de desenmascarar una trama propia de series como "Stranger Things" nos acercamos al portero el cual nos dijo que actualmente era un almacén del mencionado Ministerio, pero nuestro "alma investigadora" no nos dejaba creer tal escusa y seguimos pensando que ese almacén estaba lleno de intriga y que ahí "se cocía lo más grande". A pesar de este misterio sin resolver, volvimos a casa de nuevo recargados y dispuestos a enfrentar un final de semana que dejaría muchos "buenos sabores" de boca.

    Para comenzar, me llegaba una de las noticias más esperadas últimamente. Con motivo de una reunión presencial, la Jefa de estudios de uno de los institutos en los que trabajo, me propuso que el lunes nos viesemos físicamente para tratar esos temas pendientes a lo que yo - sin dudar un momento - respondí un (desesperado) ¡claaaaro! que desencadenó en una serie de imágenes en mi cabeza recreando los escenarios y momentos que viviría días más tarde. Para seguir con las "buenas nuevas" a media tarde recibimos la - también - esperadísima noticia de que el lunes, por fin...

¡PASARÍAMOS A LA FASE 1!

    Noticia que recibí con una inmensa alegría sobretodo tras "probar" de nuevo los beneficios de la socialización, hace poco redescubiertos. Noticia que, además, hizo que los próximos días del fin de semana se afrontaran con una energía diferente pues la ansiada "medio-libertad" ya estaba muy muy cerca. Y así transcurrió el fin de semana, entre ejercicio con la querida Patry, vermut y un último domingo de fase 0 que significaba mucho, pues era la antesala para poder relajarnos bastante en el confinamiento y acercarnos a lo que será "la nueva normalidad". Esa con la que me topé "de bruces" el mismo lunes en el que, como ya os he comentado, tenía que ir a uno de los institutos a una reunión presencial.

    Una vez más apareció "el gusanillo" en el estómago al enfilar la calle dispuesto a subirme en la Renfe como hace dos meses para llegar al Instituto. Un gusanillo, acompañado de la sensación de estar viviendo un nuevo "capitulo" de esta serie de ciencia ficción que actualmente es la vida real -¡qué metáfora todo! -. Nada más cruzar el dintel de la puerta del Instituto...reencuentros con compañeros/as en los que recorrimos de forma muy breve los últimos meses y nos pusimos rápidamente al día para hacer lo que iba a hacer...trabajar. Unos reencuentros que si bien estuvieron cargados de añoranza también de rareza pues hablar a través de una pantalla y una mascarilla, no es lo mismo, pero...en fin, tampoco podemos pedirlo todo.

   "Enfundado" en mi nuevo accesorio "pandémico" como era la pantalla nos pusimos a trabajar en
unos temas que teníamos pendientes, entre los que se "colaron" más de una vivencia de estos meses, así como risas desencadenadas por la situación que si te parabas a mirarla con detenimiento y análisis, era para reirse, ya que parecíamos sacados directamente de una mina o de la NASA.

   La mañana transcurrió recordando mi trabajo presencial y qué quereis que os diga...me encantó, la sensación de hablar, coordinarnos, analizar, aportar con la inmediatez de estar presente fisicamente facilita mucho las cosas y, además, produce bienestar al ver que todo eso va acompañado de una mirada, un gesto, una sonrisa, etc. En definitiva, sigo manteniendome en la idea de que me gusta mucho más el trabajo presencial. Volví a casa a eso de las 14.45 cargado de energía que se redujo un poco al volver a ver de nuevo la mesa de mi salón y recordar que eso solo había sido algo "fugaz" ya que, de momento, no volvería al trabajo presencial y quizá por todo el resto del curso.

    A pesar de todo, somos seres sociales pero también de costumbres y a lo largo de la semana esa sensación y ese "recuerdo" fue mitigandose y he podido volver a mi rutina de teletrabajo y salidas a las 20, hasta el próximo viernes donde se producirá mi primera socialización "en condiciones" al ir a casa de una amiga a tomar algo y cenar con otros amigos...lo que será la antesala del primer fin de semana de fase 1 que, aunque no se antoja excesivamente ocupado, va "inundandose" de planes y de "nueva normalidad"...

...Seguiremos informando.