Sunday 5 July 2020

Días 89 al 107: El principio del fin.

Los "nuevos comiezos", las "nuevas veces", las "nuevas oportunidades" se nos muestran, a lo largo de nuestra vida, como renaceres en los cuales podemos volver a disfrutar y revivir momentos que ya habían pasado a ser parte de nuestra realidad. Estas situaciones han sido constantes en esta última temporada de nuestras vidas, ya que gracias a nuestro - cada vez más ausente en nuestra mente - compañero, coronavirus hemos tenido constantes "nuevas veces"... para una caña con amigos/as, reuniones familiares, trabajo presencial, salidas a la naturaleza y un largo etcétera, todas ellas (eso sí) enmarcadas en pequeños-grandes detalles como la mascarilla, el gel hidroalchólico, horarios que cumplir, reuniones con aforo limitado, etc. 

Unas restricciones que se van relajando con la llegada de la ansiada "nueva normalidad" hace ya dos semanas y que nos da paso a un verano atípico, pero no por ello menos deseado. No obstante antes de pararme en este detalle para mí estas últimas semanas han estado cargadas de "nuevas y nuevas - y a la vez, últimas - veces" que han provacado en mí sensaciones de nostalgia y extrañeza a destacar, dentro de todo el entramado emocional que está suponiendo la pandemia, pero no adelantemos acontecimientos y retomemos la historia donde la dejamos...



...



    Para retomar la historia nos tenemos que remontar a una semana post-fin de semana de cumpleaños que había sido bastante movidito y en el que celebré mi cumple a lo grande durante todo el día del sábado, cumpliendo las medidas que nos marcaba la fase 3 de aforo en las reuniones e intentando (al menos) el resto, referidas al distanciamiento social. 

    La semana siguiente transcurrió con normalidad...en el principio de la semana volví a la rutina de trabajo virtual donde ya comenzaba uno de los "principios del fin", referidos en este caso al cierre de curso en los institutos - en concreto en uno de ellos que, por su reducida dimensión conllevaba menos tareas y por lo tanto se adelantaba un poco - sin embargo, el final de la semana (jueves y viernes) hice un cambio de rutina y pasé por dos días, al trabajo presencial para preparar todo lo que se nos avecinaba la semana siguiente...tareas múltiples en torno, también, al final del curso que para Orientación como ya habeis podido adivinar, es bastante movidito.

    Con esta carga de tareas me planté en el viernes con un plan bastante improvisado de ir a tomar algo a la recién estrenada casa de mi prima para planear nuestro próximo viaje al norte de España, en Julio. Tras valorar varias opciones de transporte y alojamiento nos decantamos por Bilbao, así que con cena en el estómago, una reserva en Booking y unos cuantos planes que unos días más tarde, se vendrían abajo o se reformularían (finalmente vamos a Santander, por ser más lógico para un viaje posterior que va a realizar una de mis primas), me fui a mi casa para acostarme pronto pues al día siguiente haría mi esperada salida a la sierra para satisfacer parte de las "ganas de naturaleza" (una de las consecuencias que me ha traído la pandemia, quizá por la necesidad de libertad).

   
Así que eso hice, a las 23 de la noche, aproximadamente estaba en la cama y amanecí a eso de las 8 y media de la mañana para plantarme en Atocha a las 10.30 para coger el tren, dirección El Escorial que nos llevaría a disfrutar de un día en el que lo que menos hicimos fue andar, ya que tras una ruta - o paseo, depende quien lo juzgue - por el monasterio y el pueblo bajo un sol de justicia gente con mascarilla e intentando mantener las distancias de seguridad (intentos en ocasiones fallidos, a decir verdad), después de lo cual decidimos pararnos a tomar la primera caña de la jornada, que se alargó hasta la hora de comer y nos llevó a degustar algunas raciones: gambas al ajillo, cachopo, patatas alioli regado de buena cerveza y vino.

   
    Con el estómago lleno decidimos poner vuelta a Madrid en un bus donde
disfrutamos de un pequeño sueño reparador que nos diese energía para quedar con otras dos amigas con las que disfrutamos de unos sanos zumos de tomate, para reponer fuerza (sí, esa que no habíamos perdido).

    



     Aquel domingo empezó con un "brunch" de cumple, siguió con unas compras "frustradas" pues no había las rebajas que yo esperaba. Al llegar a casa me recibió la tranquilidad, pues mi familia se había ido a pasar una semana en la playa, aprovechando la llegada de la nueva normalidad que estaba recién inaugurada la noche anterior. Por lo que, aproveché la tranquilidad para ver una película disfrutando de las "anchuras" del sillón sin mayor presencia que yo mismo y salí un rato a correr para finalizar el domingo, que daba paso a una semana de final de curso de auténtica locura.

    Semana que fue ,además, completamente de trabajo presencial en ambos institutos y me metió en una borágine de trabajo, llamadas, reuniones con profesores, familias, etc. que hicieron que la semana pasara de forma muy fugaz. Sorprendemente, lo llevé con la mayor tranquilidad posible (como si todo aquello no fuese conmigo) quizá porque el final estaba próximo y quería disfrutar al máximo los últimos días aunque estuvieran repletos de trabajo. 

    Con jornadas de 8 a 20 horas en el día, intentando exprimir al máximo el tiempo para dejar cerrado todo lo máximo posible, finalizó la última semana de "trabajo efectivo" pues la semana próxima sólo quedarían los últimos claustros del curso en ambos institutos así como el cierre de los "últimos flecos sueltos" que nos llevarían pocos días más, "el pescado estaba vendido" como suelo decir...

 
     El último fin de semana prevacacional tuvo un poco de todo: un auténtico vermut Torrejonero de sábado, una vuelta a las rebajas, esta vez en todo su esplendor y una comida familiar en la que disfrutamos de un cumpleaños virtual, esta vez sin estar incentivado por la pandemia, sino por el hecho de que el pequeño cumpleañero (hijo pequeño de mi prima) vive en Reino Unido, lo cual nunca ha sido impedimento para presenciar las típicas estampas de cumpleaños, protagonizadas , entre otras cosas, por disfrutar de tarta, canción de cumpleaños, la tradición de soplar la vela e,incluso...apertura de regalos en directo.

    Como adelantaba al comienzo de la entrada este último periodo de nueva normalidad ha "reactivado" el "mejunje emocional" que ya estaba algo olvidado y, en concreto, esta última semana este mejunje ha estado más presente que nunca, pues el fin de curso para un interino conlleva, siempre, despedidas y estas son más intensas - supongo- por el hecho de ser mi primera experiencia como funcionario en educación y el haber estado todo el año , por suerte, en una misma sustitución.

     Por lo que los últimos claustros - con variados formatos presencial y virtual, para mayor variedad...- supusieron el siguiente paso en ese "inicio del fin" del final de curso que antes os anunciaba, ya que estuvieron cargados de significado y emotividad para mí al ser la última vez que, seguramente, me reunía con aquellos equipos docentes y directivos.

    No me gustan las despedidas y creo que las vivo con - demasiada - intensidad...como pérdidas inevitables que, en defintiva, soy consciente que son. Unas bonitas palabras, agradecimientos, deseos de volver a encontrarnos para mí no son suficientes y me dejan un sabor de boca "agridulce" que tarda un tiempo en irse. 

   
El momento más duro se produjo el miércoles pasado, día en el que (por amor al arte) volvía a uno de los institutos para cerrar esos
flecos de los que hablaba antes y me tocaba despedirme de un equipo directivo con el que había tenido mucho contacto y feeling desde el primer día, en concreto con mi compañera Jefa de estudios con la cual hemos trabajado muy bien y hemos logrado una gran confianza que intuyo no se quedará aquí y nos llevará a seguir cultivando nuestra relación como profesionales e incluso, amigos.

    Una nueva despedida se produjo el pasado viernes, día en el que tuve que ir al otro instituto a cerrar unos documentos y, de nuevo, transmití el placer que había supuesto el poder haber trabajado con todos/as ellos/as ese curso, mi agradecimiento y deseo de volver a encontrarles en algún punto de mi carrera.
   


    Esta semana de sabor agridulce, dió paso a un fin de semana relajado con quedadas de amigos, sacando nuestro niño interior disfrutando de algunos columpios del parque Juan Carlos I, visita a Chueca para celebrar - o intentarlo - el orgullo LGTBI+ que este año sería en formato virtual (pero algún guió presencial había que hacer...) y alguna copa en el transitado barrio de Tribunal.

    



     Y con el relato de este último fin de semana cierro, por ahora, la experiencia CONFI(N)ADA como la empecé...escribiendo un domingo en mi habitación aunque esta vez en circunstancias bien distintas y una mucho mejor sensación y sentimientos...estuve CONFINADO pero también CONFIADO de que este día llegaría...el día de dar "carpetazo" a este blog y con él, al confinamiento (al menos por ahora, porque los hay escépticos que nos recuerdan de vez en cuando que seguramente vuelva más pronto que tarde...). Sinceramente espero veros o leeros en otra situación o medio ya que eso significará que no estamos de nuevo confinados pero si eso ocurre seguramenre volveré para, de nuevo, acompañarnos mutuamente en esta dificil experiencia.

     Por delante y como también he indicado antes, tenemos otro "inicio del fin" el inicio de un verano atípico y el fin del confinamiento y periodo de alarma, protagonizado por varios destinos en mente entre los que están los seguros: Santander y Amsterdam y otros que quizá vengan después, aunque aún no están confirmados. Me espera un verano distinto pero cargado de ilusión que seguro disfrutaré y disfrutaremos al máximo, pero en el que no debemos olvidar lo vivido estos meses atrás y la posibilidad de que eso vuelva lo que nos llevará, seguro, a ser prudentes y cumplir en la medida de nuestras posibilidades las medidas sanitarias y sociales que nos marca nuestro - siempre presente - compañero COVID.

Como siempre que me despido, agraderos a todos/as los/as que me habéis seguido por aquí ya que, de una forma u otra, habeis sido protagonistas también de mi/nuestra historia, una historia cargada de incertidumbre, miedos, tristeza, extrañeza pero con final feliz.


¡NOS VEMOS/LEEMOS PRONTO!
(pero, si puede ser, no por aquí)

Thursday 18 June 2020

Días 76 a 89: La vida (entre fases) sigue.

Y, mientras todo pasa, la vida sigue...se va reactivando entre esa borágine de trabajo, que comienza a flexibilizarse - en cuanto a tareas presenciales y virtuales -  y vida social - con las primeras salidas, reencuentros, comidas, cenas, cañas, etc.- y demás aspectos de nuestra antigua "vida presencial". Aspectos, que estaban "guardados" como un tesoro en el baúl de los recuerdos y que ahora toca desempolvar con una mezcla de incertidumbre, - que aún sigue entre nosotros, incentivada por el miedo a nuevos futuros rebrotes y que nos recuerdan en cada momento por la televisión - alegría, nostalgia y demás sentimientos...todo aderezado con un denominador común que es esa futura "nueva normalidad" que de "futura" tiene poco, pues los bares con distancia, las calles plagadas de gente con mascarilla, la ausencia de abrazos y contacto social ya son una realidad palpable que nos recuerda constantemente que el virus sigue ahí y que, al menos a medio-largo plazo, la "antigua normalidad" no va a volver.




...



    "La vida en la fase 1 es mucho mejor..." creo que podría ser la frase más repetida por mí en las últimas semanas - al menos hasta la llegada de la fase 2 hace ya casi dos semanas - y es que, la fase uno podría llamarla "la del reencuentro", reencuentro de personas pero también planes habituales y viejas costumbres y "tradiciones". Dada la flexibilidad en las medidas de distanciamiento y movilidad social, mis fines de semana vuelven a "inundarse" de planes, hecho que en ocasiones, he de decir, que llega hasta agobiarme.

 
Tres fines de semanas bastante nutridos de planes han pasado desde que avanzasemos en la desescalada para aterrizar en la fase 1. El primero de ellos, comenzaba con un primer viaje en bus - después de varios meses - dirección: la terraza de una amiga para celebrar el fin del confinamiento (...¡y la vida! - como suelo remarcar en todos los eventos y brindis últimamente - ), tarde - noche en la que hubo
risas, cañas (¡por supuesto!) confidencias, canciones y - ¡como no! - bailes (lo cual echaba especialmente en falta), marcándonos varios bailes de salón (salsa, merengue, etc.) y tradicionales (sevillanas, entre ellos) llenos de improvisación, pero mucho entusiasmo, que es lo importante. Terminamos la noche a eso de las 2 de la mañana por lo que opté - inusualmente - por "tirar" de Cabify y llegué a mi casa a eso de las 2 y media de la mañana, finalizando así mi primera salida "social" de la fase 1.

    Al día siguiente y con un "raro" dolor de cabeza (sí...bebí bastante pero no como para tener la mínima resaca - me quité la preocupación, echándole la culpa al confinamiento - ) mantuve tradiciones adquiridas en el confinamiento aliándome, un sábado más, con mi -ya amiga- Patry Jordan. Tras haber sudado un rato continué con la jornada como solía hacerlo en el confinamiento tomando el vermú y después, comiendo para ponerme un rato con la programación, la cual sigo haciendo con el objetivo de liberarme de ella de cara al año que viene. Un rato después, me
dirigía...por primera vez también, desde hace varios meses, a la renfe dirección: Atocha para encontrarme con una amiga y pasar una tarde de desahogo en varios temas que teníamos pendientes por el confinamiento. 

    La conversación nos llevó a ni acordarnos de cenar y pasar prácticamente toda la tarde tumbados en el parque y "dando trabajo" a la saliva. También nos dieron - inesperada o esperadamente - la medianoche y decidí volver a Torrejón (los rugidos de hambre de tripa y mi - aún - "mediodolordecabeza" me lo pedían ). A la vuelta, devoré algo de cena y me fuí a la cama pronto ya que al día siguiente había mucho que celebrar, una vez más.

    Amanecí con mucho mejor cuerpo que el día anterior - producto de haber ingerido menos alcohol
que el día anterior y haber descansado mejor - y me dispuse a vestirme y arreglarme para una nueva salida, ya que ese día a la continua celebración del desconfinamiento se sumaba la celebración de la mudanza de mis tíos y primas a un nuevo piso que visité esa mañana y disfrutamos de una charla en la recién estrenada terraza que tanto juego va a dar.

    Después el plan era tomar un vermut y para casa a descansar de nuevo, pero nuestras "ganas de calle" tiraron por la borda el plan típico de domingo estirándolo para ir a comer y, después, disfrutar de un café y un helado en una terraza...la primera vez, después de tres meses. La experiencia en la primera terraza no fue nada mal, y nos pemitió que - por un rato - nos olvidasemos de lo que teníamos alrededor y nos centramos en la conversación...todo parecía "normal" hasta que, extrañados, reparamos en el detalle de que el camarero no llevaba mascarilla, uno de tantos gestos e imágenes que nos ha traído nuestro compi y que echamos en falta cada vez que no se dan y que hacen que valores "con otro rasero" a como lo hacías hasta ahora  a los bares, por ejemplo...

   Llegadas las 20 de la tarde decidimos que ya era el momento de volver a casa y finalizar un fin de semana repleto de "primeras - segundas veces" y que dieron paso a una semana de "rutina confinada" ya que en mi trabajo, por el momento, no se contempla la vuelta de forma presencial, por lo que las llamadas teléfonica y videollamadas telemáticas, documentos y correos electrónicos volvieron a estar presentes por doquier en mi semana hasta bien entrada la tarde, debido a que aún no he conseguido mantener el horario presencial - y me da a mí que ya no lo lograré antes de que acabe el curso - hasta llegar - sin casi darme cuenta, ya que las semanas pasan volando - de nuevo, el fin de semana también bastante nutrido de planes.

 
  Ese viernes tocó reencuentro con antiguas compañeras de un campamento de verano en inglés que llevo haciendo dos años. A eso de las 20.30 de la tarde nos lanzábamos a la aventura de "búsqueda de mesa libre en una terraza" - debido al pensar tarde en la quedada y no reservar - que, en estos días, es precisamente eso...una aventura en la que tienes que rogar al cielo por encontrar un sitio pronto. La suerte estuvo de nuestro lado pues en escasa media hora encontramos mesa en una terraza cerca de Avenida de América, donde habíamos quedado. De nuevo, las ganas de socializar y estar en la calle nos llevaron a plantarnos en más de la media-noche entre raciones, cañas y finalizar en alguna copa.

    De fin de semana en fin de semana no recuerdo los "gajes del confinamiento" etilicamente hablando y, de nuevo, caí en la trampa del "entusiasmo y las ganas de pasarlo bien con gente" bebiendo más de la cuenta. "Gajes" que recordé en cuanto amanecí el sábado por la mañana, maldiciendo de nuevo la noche anterior por ello. Pero ese sábado parece que quemé/ sudé más el alcohol con mi querida Patry pues a media tarde ya estaba como nuevo...eso, o mi cuerpo se estaba preparando para una nueva jornada de bebidas "con misterio" que sabía que tocaba, pues también teníamos celebración de mudanza aquella noche.

    Antes de todo eso, tocaba momento homenaje, ya que toda la familia decidimos dar un último adiós a mi abuelo a modo de homenaje, yendo todos juntos al cementerio y diciendo unas palabras que emocionaron a toda la familia...un momento para mí necesario y que cerraba un "adiós" que no se había podido producir como todos hubiesemos querido.

    Después de lo cual, nos dirigimos a la nueva casa de mi otra prima que también se mudaba, en este
caso con su novio. Mi felicidad estaba rebosante, me encanta una celebración, la verdad...y más si es por algo bueno de alguien al que quiero como es la independencia - que por otro lado tanto añoro para mi mismo y por ello creo que adquiere ese valor tan importante para mí - . Disfrutamos de un "house-tour" regado de vino, cerveza, frutos secos y hamburguesas...también hubo tiempo para unos bailes, para confidencias y juegos. En definitiva un broche de oro para nuestro segundo fin de semana de inauguraciones de hogares.

       Aquel domingo fue más de relax y dedicarlo a mí mismo así que un poco de ejercicio por la tarde, programación y alguna serie marcaron el final del segundo fin de semana de fase 1 y el inicio, al día siguiente de la fase 2...una fase sin mucha diferencia a la anterior, salvo el hecho de que abrían los centros comerciales y nos podíamos reunir hasta 15 personas, hecho que para mí era relevante pues se acercaba mi cumple y , a pesar, de que este año no estaba especialmente emocionado con ello la semana anterior mi cabeza ya empezaba a dar vueltas sobre ello y "picarme el gusanillo de la celebración" (incentivado porque este año caía en sábado) que siempre acaba haciendo de las suyas.

    Por lo que al saber el viernes anterior que ibamos a poder ser 15 personas tiré de convocatoria y empecé a planear la celebración que finalmente fue una convocatoria a "unas cañas" a las 20 de la tarde y la posterior cena en un mexicano torrejonero que hace de mis delicias cada vez que voy.

    Aquella semana previa al cumpleaños fue movidita pues tuve que acudir a los dos centros donde trabajo en diferentes días por lo que el martes, jueves y viernes rompí mi dinámica de teletrabajo y volví a recordar lo que era el trabajo presencial, una vez más...con mucho mejos "jaleo" eso sí, debido a la escasa presencia de docentes y de alumnado - sólo han empezado a ir los "segundosbachilleres" para preparar el acceso a la universidad y aquellos que no han podido acceder al contenido por medios telemáticos, para reforzar conocimientos -. El viernes, víspera de una nueva celebración de mi cumpleaños, se produjeron "reencuentros en masa" al recibir en el Departamento de Orientación a muchos tutores por la necesidad de recoger las firmas para un documento, por lo que fue una mañana de compartir - de nuevo -  impresiones de este tiempo y ejercer un poco de terapeuta al contarme alguna situación complicada en este periodo.

    Al volver a casa y comer, me aguardaba una nueva tarde de trabajo, la cual había dejado "desierta" de planes para ,precisamente, adelantar trabajo y aprovechar para descansar para la locura de sábado de cumpleaños que me aguardaba al día siguiente. Y, así paso la tarde, entre papeles y documentos varios y con mis padres merodeando entre el salón y la cocina liados con los preparativos del día siguiente pues antes de los planes que ya os he comentado con mis amigos, tocaba comida familiar con un derroche de comida que nos alimenta gran parte de la semana posterior, como suele ser normal en cualquier celebración que "capitanee" mi madre.

    A eso de las 20 de la tarde - hora que, desde los aplausos, se ha establecido como de referencia en la tarde - dejé de trabajar y salí un rato a correr para después ducharme y disfrutar de un ratito de relax frente a la televisión en el que terminé por caer dormido e irme a la cama.

   
    Al día siguiente, día del cumpleaños, amanecí entre contento y nervioso por la cantidad de reencuentros que aquel día me esperaba y la sensación del "gusanillo en el estómago" cada vez que eso pasaba tras el confinamiento y que ya os contaba en una entrada. Pero ni los nervios ni el hecho de que fuese un día especial impidieron mi encuentro con mi amiga Patry, con la que disfruté una mañana de cardio y abdominales intensita hasta que me dispuse a ducharme, vestirme y recibir a la familia en una comida que se alargó hasta después de mi quedada con mis amigos, lo que me obligó a abandonarla antes de que hubiese finalizado, a eso de las 19...hora en la que me dirigí al bar donde había convocado a mis amigos y primas para empezar la celebración con unas cañas de reecuentro con muchos de mis amigos que no veía desde hace tres meses.

   


    El procolo de medidas de seguridad se desvirtuó a decir verdad y los abrazos estaban por doquier,
con la excusa de que yo era negativo - como si eso resolviese todo...- pero mis ganas de verles y tener contacto con ellos/as era tan grande que superó al miedo de contagiarme. Yo estaba pletórico y eufórico - la alegría y las cañas pueden ser una mezcla explosiva a veces - y me pase la tarde sonriendo y con una sensación de plenitud presente constantemente. A eso de las 21.30 nos dirigimos al sitio de la cena, el cual era uno de mis preferidos de Torrejón y esa noche dejó que desear pues estaban colapsados y esto hizo que los platos se retrasasen mas de la cuenta, no hubiese alguno de los platos que pedimos e incluso...¡¡se agotaran las cervezas!!, pero nada que un mariachi y unas buenas canciones de perreo no pudiesen arreglar.

 
    Así que, de esta forma, acabó la noche...con unos "tímidos perreos" en la mesa del restaurante - producto de las medidas de distanciamiento social de nuestro compi-, unas fotos y una copa en el bar de al lado. Lo que puso fin a un día de cumpleaños redondo que disfruté de lo lindo. Al domingo siguiente, de nuevo el recuerdo de la "resaca postconfinamiento" y mucho relax protagonizaron el, seguramente, último fin de semana de fase 2, pues si todo va según lo previsto Madrid entrará el próximo viernes en fase 3 y el estado de alarma se levantará el 21 de Junio, momento en el que nuestra vida se acerca - un poquito más - a la (nueva) normalidad y nos olvidaremos - por una temporada o para siempre - de las fases.
   

Esto aún sigue dependiendo de nosotros/as...

Wednesday 3 June 2020

Días 70 al 76: Confinadxs en el mundo.

Tararatatararararaaa
Tararatatararararaaa
Tararatatararararaaa
Tararatatararararaaatatararaaaa
(Sintonía de la cortinilla de programa de televisión al estilo "Españoles en el mundo")

Este es un programa especial de "Españoles en el mundo"  en plena crisis sanitaria...porque la mayoría de programas han buscado alternativas, ¿íbamos a ser nosotros menos? ¡NO!.
Como os decia es un programa especial, porque esta vez no os traemos reportajes contandoos las fantasticas vidas que tienen nuestros paisanos en otros lugares del mundo y enseñandoos las maravillosas ciudades en las que viven, sino que el objetivo es distinto.

Todos y todas en nuestras casas hemos vivido este confinamiento con altibajos emocionales que muchas veces podrían recordar a una montaña rusa en la que a semanas, días...incluso a ratos "cambiabamos de dirección" hacia otro "horizonte emocional" más desconcertante y diferente que el anterior, pero...¿nos hemos parado a pensar en tener que vivir esa situación fuera de nuestro país, alejados/as de todo y todos/as lo/s que queremos? ¿Cómo está viviendo nuestros paisanos españoles esta crisis en otros lugares del mundo?¿Su propia situación de emigrantes les ha afectado en la superación de este periodo?¿Cómo valoran la actuación de los/as ciudadanos/as y los Gobiernos de sus lugares de residencia?

No se despeguen de la televisión porque despejaremos todas estas dudas a través de una entrevista por videollamada a cuatro españolas viviendo en cuatro países diferentes: Estados Unidos, Francia, Alemania y Reino Unido, sin más, arrancamos...

Bienvenidos y bienvenidas a...¡Confinadxs en el mundo!






- Presentador (P) : Bueno, antes de nada...¡Hola a todas!¿Qué tal estais? ¿Quienes sois? ¡Contadnos un poco!
- Carmen (Francia): ¡Hola! yo soy Carmen, artista y vivo en Francia desde hace unos años...últimamente la verdad que estoy animada aunque a veces un tanto irascible, supongo que es normal (risas)
- Iratxe (Alemania): ¡Hola a todas! soy Iratxe y vivo y trabajo en Berlin...actualmente tengo nuevo trabajo asi que estoy motivada en ese sentido pero bastane aburrida porque podemos hacer poco en la calle...
- Raquel (Estados Unidos): ¡Hola! soy Raquel y este año emprendí una gran aventura en mi vida decidiendo venir a trabajar en un banco americano y de repente me encontré con el coronavirus lo que ha provocado retarme a mi misma...me habeis pillado en un dia flojo y estoy algo sensible y triste pero ¡podré con ello seguro! (risas)
- Brooke (Inglaterra): ¡Hola soy Brooke! actualmente vivo entre Inglaterra y España y justo me tocó vivir este periodo en una visita a Inglaterra, mis sentimientos son mezclados, la verdad. Como bien decías al inicio, toda una montaña rusa...
- P: Fenomenal, gracias por la presentación...os contaré la dinámica del programa para que nuestra audiencia también se entere: os haré una pregunta y contestareis en este mismo orden en función de vuestra experiencia en ese país, ¿de acuerdo?

(Todas asienten)

- P: ¡Muy bien! Pues ¡Vamos allá!...la primera pregunta es¿Cuáles fueron las primeras medidas decretadas por el Gobierno en el país en el que vives?:
- Carmen (Francia)La verdad es que nos confinaron directamente, como ya había pasado en Italia y España pues pocos días después ya no podíamos salir de casa a no ser que fuera para hacer la compra, sacar al perro o hacer 1h de ejercicio...
- Iratxe (Alemania): Las medidas decretadas fueron las siguientes por este orden de fechas:
  • 16 Febrero - No tener que ir al trabajo si crees que tienes coronavirus. Puedes quedarte en casa 7 días sin tener un justificante médico
  • 11 Marzo - Reuniones de no más de 1000 personas
  • 9 Marzo - Invitan a la gente a trabajar desde casa
  • 30 Abril - Cierre de colegio. 
Aquí no ha habido confinamiento como tal. Siempre se ha podido salir de casa a hacer deporte y tener reuniones de dos personas o ir a casa de tu pareja.
- Raquel (Estados Unidos): Las primeras medidas tomadas fueron: cerrar locales, restaurantes, tiendas, trabajo desde casa junto con recomendaciones de estar en casa.
- Brooke (Inglaterra): Cerraron las tiendas menos los supermercados/farmacias/tiendas con alimentos o medicamentos. El Gobierno decía que teníamos que quedarnos en casa menos para ir al supermercado o para un viaje esencial, cerraron los colegios de todas las etapas y sólo podíamos salir 2 personas máximo de una casa.

- P: ¿Cómo te tomaste la noticia del confinamiento al principio? (pensamientos, sentimientos, acciones, etc.) ¿Fuiste siempre consciente de "la que teníamos encima"?
- Carmen(Francia): Sinceramente pensé que "porqué narices no habían tomado medidas antes, como habían podido aguantar hasta que estábamos en la boca del lobo"... no lo pensaba necesariamente enfadada pero sí que no lo entendía - ni lo entiendo -. Soy una persona casera asi que el hecho de quedarme en casa no me molestaba pero sí que tenía miedo a salir ya que soy asmática grave.
- Iratxe (Alemania): La verdad es que bastante "acojonada" porque Alemania ha ido como una semana y pico por detrás de España y la gente no se lo estaba tomando muy en serio.
- Raquel (Estados Unidos): Con ánimo y esperanza
- Brooke (Inglaterra): En un primer momento me dió igual, ya que pensaba que solo duraría un par de semanas.

- P: Ya vamos viendo los primeros "giros" de la montaña rusa emocional (risas)...la siguiente pregunta es: ¿Cómo dirias que, en general, ha vivido esta crisis la población del país en el que vives?

- Carmen (Francia): Creo que bien, pero también pienso que gran parte de la población francesa se lo ha tomado a modo "vacaciones" y dándoles igual un poco todo...
- Iratxe (Alemania): Pues hay gente que ha perdido su trabajo o trabaja media jornada. En general no se está notando tanto. Supongo que los restaurantes, hoteles y demás si lo están notando más.
- Raquel (Estados Unidos): Generalmente diría que mal con un torbellino emocional de desapatia y miedo. Otro porcentaje de población, incredubilidad.
- Brooke (Inglaterra): Valientes...como si estuvimos en una guerra. La gente en Inglaterra ha pasado mucha "mierda" los últimos años con Brexit, y creo que esto hasta les/nos ha unido un poco.

- P: Me interesa especialmente este punto...diríais que desde vuestra experiencia personal,¿habeis compartido la vivencia anterior o dirías que habeis estado "desincronizadas" por estar influido por las noticias que recibias o veias en España?

- Carmen (Francia): Totalmente. Mi marido y yo nos autoconfinamos antes de que dijesen aquí nada, por lo que vimos que empezó a pasar en España. Esto nos ayudó a concienciarnos más pero claro...eso me hacía que a mi me explotase la cabeza cada vez que veía aquí a la gente tomárselo "de coña" el asunto.
- Iratxe (Alemania): Al principio "vivíamos" en España por así decirlo. Mirábamos las noticias constantemente, seguíamos las medidas de confinamiento que había en España aunque aquí no hubiese. A medida que ha pasado el tiempo hemos dejado de mirar las noticias y chequeamos qué cosas se pueden hacer o no en Alemania . Seguimos sin salir mucho de casa a pesar de que aquí los restaurantes y colegios ya están abiertos y se puede hacer vida relativamente normal. La mascarilla solo es obligatoria en tiendas.
- Raquel (Estados Unidos): Yo también he estado sincronizada con las noticias de España: tan pronto empezó ahí el confinamiento, yo también lo apliqué aquí, con las mismas medidas.
- Brooke (Inglaterra): Yo leía las noticias de España más o menos cada día, pero no me dieron pánico ni nada. Llevé cada día como era.

- P: ¿Cómo enfrentaste la incertidumbre de estar alejado de familiares y amigos/as y no saber lo que iba a pasar? ¿Qué hiciste en este sentido?

- Carmen (Francia): Los primeros días con mucho agobio y miedo por ellos. Pero poco a poco al ver qué estaban bien y tomaban las medidas correctas y todo pues más relajada. Yo al vivir en París pues hacer videollamadas es algo normal con mi familia, pero con el confinamiento sí que procuramos hacer más a menudo...
- Iratxe (Alemania): Yo igual al principio un poco preocupada por la situación en Madrid, pero luego más relajada porque todo el mundo está tomando medidas y nadie de mi familia se ha contagiado. Estamos un poco tristes porque teníamos un viaje a Colombia planeado desde mediados de Mayo y evidentemente no hemos podido ir. Así que lo único que nos queda es resignarnos y ser pacientes.
- Raquel (Estados Unidos): Malestar...eso es lo que más me ha generado sufrimiento. De hecho, desde que empezó la pandemia tengo todas las noches pesadillas.
- Brooke (Inglaterra): Estoy acostumbrada a no ver a mi familia y amigos/as durante mucho tiempo, pero eso me costo/me está costando porque debería haber estado visitando les para Semana Santa. Además, no sé cuándo les voy a ver de nuevo y me temo mucho que va a haber un rebrote y no voy a poder verles en Navidad tampoco...

- P: Dejemos de hablar un momento de vosotras y focalicemos en otro aspecto... en la población del país en el que vives ¿diriais que han sido respetuosos, en general, con las medidas?

- Carmen (Francia): Como dije antes, no al 100%...
- Iratxe (Alemania) : No mucho, la verdad...
- Raquel (Estados Unidos): En general si, pero un gran parte de la población no lo considera importante
- Brooke (Inglaterra): Si, creo que si al menos hasta las últimas semanas...

- P: Refiriendonos ya al proceso de desescalada...¿Cómo ha sido el proceso en el país en el que vives (si ya se han dado medidas en este sentido)?
- Carmen (Francia)Pues entramos en nuestra tercera semana de desconfinamiento y creo que cada vez la gente se está relajando más. Nosotros teníamos ya "libertades" durante el confinamiento (podíamos salir a correr y pasear 1h al día 1km de tu casa) con el desconfinamiento hemos pasado a poder salir a 100km de tu casa sin necesidad de llevar un justificante, y se pueden hacer reuniones de no más de 10 personas...
- Iratxe (Alemania): No hay una desescalada como tal...simplemente la vida sigue más o menos como antes, solo que con más distancia social y mascarillas.
- Raquel (Estados Unidos): Aún no estamos en esa fase
- Brooke (Inglaterra): Han abierto unas tiendas que venden cosas para el hogar como pintura, plantas y muebles. Además han dicho que la gente que no puede trabajar desde casa, puede ir a trabajar. Los coles abrirán el 1 de junio para una rangas de edad (principalmente primaria). Además, la gente se puede desplazarse donde quiere mientras que no pasa la noche. También podemos quedar con una persona de otra casa pero siempre a 2 metros de distancia. En Escocia, Irlanda del Norte y galés, todavía no han empezado la deescalada. A lo mejor han abierto unas tiendas, pero la gente no se puede desplazarse sin razón ni visitar a gente.

- P: Para finalizar, en comparación con España...¿Cómo dirías que ha sido la gestión del Gobierno del país en el que vives? ¿Qué fallos y aciertos identificas?

- Carmen(Francia): Creo que casi todos los gobiernos del mundo han fallado en no tomarse esto en serio cuando empezó a pasar en China. Para mi ese ha sido el mayor error.
- Iratxe (Alemania): Yo creo que aquí lo han hecho bastante bien y le han dejado mucha autonomía a las comunidades. Aunque no han tomado muchas medidas visibles o que afecten a la población si que se están preparando muchísimo para una segunda ola de casos.
- Raquel (Estados Unidos): Fallos enormes a la hora de dar ayudas (en concreto, prestación de desempleo e ingresos directamente a contribuyentes). Hay mucha inseguridad y violencia, posiblemente por las consecuencias de la pandemia.
- Brooke (Inglaterra): Mal...creo que había la oportunidad de pararlo antes. Además, existían demasiadas excepciones a las normas como eso de poder ir a hacer ejercicio donde queríamos. Ahora creo que en Inglaterra va demasiado rápido con la desescalada. Creo que España ha hecho mejor al principio, pero no deberían haber encerrado la población durante tanto tiempo. Ahora, cuando la gente puede salir, habrá más gente en la calle porque va a querer salir más.

- P:Muchas gracias a todas por estar con nosotros y aportar vuestro granito de arena a informar a la población de la experiencia "pandémica" desde distintos lugares del mundo.


Y a vosotros/as, la audiencia, ya lo han visto...diferentes países, diferentes medidas, diferentes vivencias, diferentes emociones...os hemos acercado la realidad, ahora saquen sus propias conclusiones y también gracias por estar con nosotros...



¡Hasta siempre!

Wednesday 27 May 2020

Días 63 al 70: Socialización, ¿qué era eso?

"El hombre es un ser social por naturaleza": ya lo decía el gran - y estudiadísimo - Aristóteles. Odiado por algunos (sobre todo los jóvenes que se presentan a la prueba de acceso a la Universidad) y amado por otros muchos, lo incuestionable es que, primero, sigue siendo referente en la forma de pensar de occidente hasta tal punto que, como ya he indicado, sigue formando parte (tras siglos de Historia) del currículo del sistema educativo español y formando parte de una de las pruebas de evaluación más importantes en la vida de un estudiante y, segundo, dió - ya en su día - en la clave de uno de nuestros mayores pesares (para algunos/as) en esta pandemia...la socialización.





...



    La semana pasada por fin salió mi amigo el sol, se hizo de rogar...pero allí estaba el lunes, espléndido, como siempre. Esa bienvenida ya vaticinaba que se iba a tratar de una gran semana y, a pesar de "lo temprano" para adivinarlo, la verdad es que así fue. Fue una semana en la que me reecontré con dos viejos amigos - pero estos de verdad, nada de falsos "compis" como el coronavirus - el sol y la socialización, elemento que, en el medio de esta crisis, parecía ser lo menos importante y cuando nos reencontramos con ella, caemos en la cuenta de lo mucho que está en nuestra naturaleza - como ya adelantó nuestro filósofo "de cabecera" en esta entrada.

    La verdad que, llegado un punto, pensaba que las videollamadas habían sustituido casi por completo la socialización "presencial" y era algo que, aparentemente - sólo aparentemente - no hacía mella en mí. Pero esta semana iba a comprobar que esa creencia era solo eso "una creencia".

    Hace ya unas semanas una amiga de Torrejón me animaba a quedar, tomando las medidas de seguridad pertinentes (¡claro!), a lo que yo - a pesar de que en un primer momento acepté, a los pocos días me eché para atrás, por sentirme mal viendo las malas noticias que aún nos llegaban - pero la semana pasada, al no pasar de fase por segunda semana consecutiva, decidí "relajarme" un poco en ese sentido y reponder un - ¡venga va! (como una casa) - cuando recibí de nuevo la oferta, para quedar la semana siguiente.

  Como ya os contaba, la mayor parte de la semana nos regaló un sol radiante, así que pude retomar mis paseos/carreras a las 20 pero esta semana con una novedad que se antojaba emocionante a la par que intrigante...¡iba a hacerlo acompañado!.

    Y , de esta manera, tras un lunes de fase 0 soleado y de teletrabajo - con mucho menos carga de cosas a hacer, eso también ayudó a la semana "estrella" - me planté en la "víspera de la socialización" con un martes también más o menos despejado de trabajo y con hasta nervios por cómo sería esa primera salida con alguien que no fuese mi familia. Eso que antes dábamos por echo, ahora era algo momentáneo, limitado a un tiempo y que, por lo tanto, había que "exprimir" y sacar todo el mejunge posible para cargar fuerzas hasta la próxima vez que se vuelva a producir.

    A eso de las 19, terminaba de trabajar y me disponía, relajadamente, a enfundarme en mis mallas y mi camiseta de deporte...esta vez condicionado porque alguien me esperaba para la caminata de la tarde y el "gusanillo" y las preguntas de ¿Cómo era hablar con alguien en persona ? ¿Dónde había que mirar? ¿Qué temas será adecuado sacar? , en definitiva...¿Cómo se socializaba? - todo muy TGD, los compañeros/as educadores, me entenderán - estaban en mi cabeza y estómago. Gusanillo y preguntas que se despejaron al ver a mi amiga y sentir una ilusión inusual al ver a alguien - al menos antes de la "era COVID".

 
La caminata fue un no parar de hablar - cómo había ido todo este tiempo, próximos proyectos, series vistas y por ver, cómo estaba yendo el trabajo, etc...incluso nos pusimos  "HOT" y sacamos un poco de salseo al hablar de temas sexuales, que también estaban dando de sí esta cuarentena. Recorrimos medio Torrejón hasta que las piernas pidieron un respiro y decidimos volver a casa a eso de las 22 de la noche con una garganta inusualmente cansada de tener tanto ejercicio y una sensación de plenitud y alegría como poca veces en estos últimos meses. Los días siguientes se avecinaban con otro "color" tras haber tenido ese "despeje" tan "despeje" y que me hizo reflexionar sobre que os hablabla al principio de la entrada relativo a la naturaleza social del ser humano.

    Dos días más adelante, el jueves - día 65 de confinamiento - tocó, de nuevo, socialización "presencial" ya que quedé de nuevo con mi amiga para otra caminata acompañada de más anécdotas, cotilleros y demás "habladurías". Esta vez nos decantamos por la naturaleza y recorrimos parte de los caminos rodeados de campo que tiene Torrejón, vistas, olores y colores que se recargan , sumándose a la "carga de batería" que estaba suponiendo, ya de por sí,  esas salidas.

    Nuestro espíritu aventurero del día no tenía fin - eso y el aburrimiento, que es muy malo...- y nos propusimos descubrir qué sentido tenía hoy en día un misterioso antiguo almacén de "Galerías Preciados" a las afueras de Torrejón en cuya entrada rezaba "Ministerio de Educación y Cultura". Con el propósito de desenmascarar una trama propia de series como "Stranger Things" nos acercamos al portero el cual nos dijo que actualmente era un almacén del mencionado Ministerio, pero nuestro "alma investigadora" no nos dejaba creer tal escusa y seguimos pensando que ese almacén estaba lleno de intriga y que ahí "se cocía lo más grande". A pesar de este misterio sin resolver, volvimos a casa de nuevo recargados y dispuestos a enfrentar un final de semana que dejaría muchos "buenos sabores" de boca.

    Para comenzar, me llegaba una de las noticias más esperadas últimamente. Con motivo de una reunión presencial, la Jefa de estudios de uno de los institutos en los que trabajo, me propuso que el lunes nos viesemos físicamente para tratar esos temas pendientes a lo que yo - sin dudar un momento - respondí un (desesperado) ¡claaaaro! que desencadenó en una serie de imágenes en mi cabeza recreando los escenarios y momentos que viviría días más tarde. Para seguir con las "buenas nuevas" a media tarde recibimos la - también - esperadísima noticia de que el lunes, por fin...

¡PASARÍAMOS A LA FASE 1!

    Noticia que recibí con una inmensa alegría sobretodo tras "probar" de nuevo los beneficios de la socialización, hace poco redescubiertos. Noticia que, además, hizo que los próximos días del fin de semana se afrontaran con una energía diferente pues la ansiada "medio-libertad" ya estaba muy muy cerca. Y así transcurrió el fin de semana, entre ejercicio con la querida Patry, vermut y un último domingo de fase 0 que significaba mucho, pues era la antesala para poder relajarnos bastante en el confinamiento y acercarnos a lo que será "la nueva normalidad". Esa con la que me topé "de bruces" el mismo lunes en el que, como ya os he comentado, tenía que ir a uno de los institutos a una reunión presencial.

    Una vez más apareció "el gusanillo" en el estómago al enfilar la calle dispuesto a subirme en la Renfe como hace dos meses para llegar al Instituto. Un gusanillo, acompañado de la sensación de estar viviendo un nuevo "capitulo" de esta serie de ciencia ficción que actualmente es la vida real -¡qué metáfora todo! -. Nada más cruzar el dintel de la puerta del Instituto...reencuentros con compañeros/as en los que recorrimos de forma muy breve los últimos meses y nos pusimos rápidamente al día para hacer lo que iba a hacer...trabajar. Unos reencuentros que si bien estuvieron cargados de añoranza también de rareza pues hablar a través de una pantalla y una mascarilla, no es lo mismo, pero...en fin, tampoco podemos pedirlo todo.

   "Enfundado" en mi nuevo accesorio "pandémico" como era la pantalla nos pusimos a trabajar en
unos temas que teníamos pendientes, entre los que se "colaron" más de una vivencia de estos meses, así como risas desencadenadas por la situación que si te parabas a mirarla con detenimiento y análisis, era para reirse, ya que parecíamos sacados directamente de una mina o de la NASA.

   La mañana transcurrió recordando mi trabajo presencial y qué quereis que os diga...me encantó, la sensación de hablar, coordinarnos, analizar, aportar con la inmediatez de estar presente fisicamente facilita mucho las cosas y, además, produce bienestar al ver que todo eso va acompañado de una mirada, un gesto, una sonrisa, etc. En definitiva, sigo manteniendome en la idea de que me gusta mucho más el trabajo presencial. Volví a casa a eso de las 14.45 cargado de energía que se redujo un poco al volver a ver de nuevo la mesa de mi salón y recordar que eso solo había sido algo "fugaz" ya que, de momento, no volvería al trabajo presencial y quizá por todo el resto del curso.

    A pesar de todo, somos seres sociales pero también de costumbres y a lo largo de la semana esa sensación y ese "recuerdo" fue mitigandose y he podido volver a mi rutina de teletrabajo y salidas a las 20, hasta el próximo viernes donde se producirá mi primera socialización "en condiciones" al ir a casa de una amiga a tomar algo y cenar con otros amigos...lo que será la antesala del primer fin de semana de fase 1 que, aunque no se antoja excesivamente ocupado, va "inundandose" de planes y de "nueva normalidad"...

...Seguiremos informando.

Tuesday 19 May 2020

Días 56 al 63: Soy de sol y señoras.

    Siendo totalmente sincero, la semana pasada no fue una semana fácil...a lo que ya supone el reto diario de "vivir confinado" con todo lo que ello conlleva  - provocado fundamentalmente por vivir más personas en un espacio reducido la mayor parte del día: más estrés, estar más irascible, etc... - se unió que la climatología no acompañaba, ya que la mayor parte de la semana nos invadió un cielo nublado que no invitaba nada a la alegría y al optimismo...al menos para mí que, al contrario, que algunas peronas cuyo argumento es el de "pues ya que tengo que estar en casa, que haga malo..." yo soy de todo lo contrario...ya pueda estar estudiando, recluido estudiando o enfermo que siempre prefiero el buen tiempo para, al menos, mirar por la ventana y alegrarme la vista un rato.



    Hubo un día, el miércoles, día 58 de confinamiento, que esos días nublados dieron paso a, directamente, aguaceros que no invitaban ni a la alegría ni a salir, directamente...pero mi necesidad cuando dan las 20 de desconectar y salir de casa es tal que me lancé a una calle medio vacía - y, por una vez en los últimos meses, no era por el confinamiento - y una lluvia que fue "in crescendo" a lo largo de mi recorrido que me empapo de arriba abajo.

    Al principio, me produjo hasta sensación de libertad al agradecer que el paseo fuese -por una vez en toda la semana - solitario y hasta agradecí el fresquito pero cuando iba avanzando en el camino y el frío comenzaba a colarse por mi ropa ya mojada, la cosa empezó a dejar de ser "graciosa", mi ritmo comenzó a acelerar igual que las ganas por llegar a casa y cambiarme.

    Además de estas "condiciones externas" que poco ayudaban, de nuevo la pérdida, la muerte y el duelo sacudieron mi día a día, esta vez la abuela de una buena amiga mía nos despedía en estas extrañas circunstancias que hacen que los duelos se interrumpan y dejen sentimientos de desconsuelo, malestar y tristeza que sólo borrará el tiempo.

    Este "mejunje emocial" unido a otro "mejunje climatológico" de la semana pasada como os decía, dió paso a una semana apática y con sentimientos de hartazgo, duda por todo, incertidumbre (entre otros) a partes iguales, con momentos de "lucidez" que intentaban huir de todo aquello.

    Y, en estos días - y semanas - donde ni lo interior ni lo exterior acompaña, ¿qué hago?. Como seguramente, os he dicho en algún anterior post , tiendo a pensar que pasará y exprimir lo máximo posible esos momentos de evasión y buscarme otros, acompañado de...ELLAS.

    Que "¿quienes son ELLAS?" - me preguntarés - pues son mujeres de bandera - como yo digo -, mujeres con gracia y con arte, mujeres con una historia personal detrás que me atrapa y engancha...en definitiva, grandes mujeres con las que a lo largo de mi vida me he topado por diferentes medios (películas, series, Internet, etc.) y que a día de hoy me hacen reafirmarme en la idea de que: "Soy de señoras". A ellas acudo en momentos en los que , como en este confinamiento, me apetece evadirme y huir de la realidad por un rato.

     Todas ellas tienen cosas que he podido sacar puntos en común que hacen que me atrape y quiera cada vez más de ellas, lo que me lleva, incluso, a repetir sus vídeos en bucle admirando hasta el último detalle del mismo...una historia personal apasionante (que a algunos puede no parecerle tal pero, al menos, si lo es el relato que hacen de la misma), una forma de ser peculiar- a veces hasta extravagante, producto en ocasiones de la ficción a la que pertecen - que hace querer manera de expresarse tan peculiar que atrapa y dan ganas de ser su amigo/nieto/sobrino para poder disfrutarlas mucho más tiempo.

   Estela Reynolds de la mano de la serie de humor LA QUE SE AVECINA. En la segunda temporada de esta serie, se nos presentó a esta extravagante mujer, "Fernando Esteso le chupó un pezón".En definitiva, un personaje muy divertido a la par que odioso que me ha sacado más de una sonrisa.
La primera a la que conocí es a la gran
madre de una de las vecinas del bloque, que viene a pasar "unos diítas" que se convierten en meses y años. Estela es una mujer que vive de los restos de lo que fue o "lo que intentó ser" en el pasado que es, nada más y nada menos, que actriz en la gloriosa época del destape. Momento que repite en inumerables ocasiones remarcando la única escena que protagonizó en una película donde

  Otro buen día alguien me recomendó una película que me haría conocerla a ella...Cándida.Un personaje, descubierta en su avanzada edad por los cómicos "Gomaespuma" y llevada a la gran pantalla con una película a la que le daba nombre "Cándida", inspirada esta vez en una historia real. La segunda de "mis mujeres" contrasta con la extravagancia y los aires de superioridad de Estela
, por ser una mujer procedente de un barrio humilde de Madrid con una situación familiar complicada con un hijo discapacitado intelectualmente, otro metido en el mundo de la droga y la tercera que solo ve cuando le traen al bebé para que lo cuide. Cándida es una mujer que a pesar de su drama personal, entrañable y con un carácter que atrapa y engancha por su dulzura e inocencia. Características que deja de lado cuando su familia necesita que les saque de un apuro, que suele ser en bastantes ocasiones debido a las situaciones complicadas que tienen todos/as ello/as.


    Siguiendo a "mis señoras" me he percatado de que me gustan las historias sencillas, cercanas a la Julita Salmerón,una mujer nacida en Cuenca, que protagonizó el documental-película sobre su propia vida: "Muchos hijos, un mono y un castillo" bajo la dirección de su propio hijo, que relata la vida de esta fascinante mujer y sus tres proyectos vitales, que dan nombre a esta película.
realidad y que transmiten esa realidad de manera "decorada" y con un toque siempre, muy personal. Esto lo entendereis porque mi próxima "Señora" también está pegada a la realidad...su realidad que lejos de ser sencilla, está llena de peculiaridades, una mujer especial en su manera de ser, una manera de ser que "traspasa la pantalla" y te saca un a sonrisa en cada frase. Os hablo de

   


    A través de conversaciones, momentos familiares y anécdotas se repasa la vida y , en especial, los últimos años de Julita. Gracias a esta película - que he visto como tres veces y volvería a ver encantado- he ido conociendo a esta gran mujer y desentrañando sus gustos, opiniones, impresiones de la actualidad, etc. y, precisamente, me he reencontrado con ella en una cuenta Instagram que su hijo ha abierto para este periodo de confinamiento.

   




    Paquita Salas, personaje de serie creada por "los Javis" y que ellos mismos reconocen en una entrevista que está basada en ese concepto de "señora" que todos tenemos en España con referentes cercanos en nuestras madres y abuelas, en la televisión como Terelu Campos, etc. Paquita es una representante afincada en la Gran Vía que se ha quedado obsoleta y consecuencia de ello, va viviendo la pérdida de "representados" y el declive de su negocio hasta tener que...(SPOILER)...cerrar el chiringuito, para después reabrirlo para intentar "resurgir de las cenizas" con la ayuda de otros personajes peculiares como Magui, su secretaria con una personalidad frágil y protectora hacia Paquita, que para ella es Dios.
Igual de "pegada a la realidad" esta vez por su historia de fracaso, anclada en el pasado es

   
Esta representante tiene una forma muy visceral de resolver los conflictos, pero siempre fiel a sus ideales, aunque en alguna ocasión le cueste un contrato. A través de los capítulos vamos conociendo distintos aspectos de Paquita como que es una persona fría y que tiende a esconder el sufrimiento para "tirar para adelante".






   La última de "mis señoras" (hasta la fecha) es un gran descubrimiento de la cuarentena - por eso la he dejado para el final - una señora a la que a través del canal de You Tube "Mi tía Pepa y yo" donde su sobrino nos obsequiaba con sus vídeos, terminas considerando familia y cogiendola cariño. Hablo de "la tía Pepa", una señora gaditana del "Puerto de Santa María" que, debido a su avanzada edad, vive desde hace unos meses con su sobrino, Tito. A través de los vídeos se nos muestran
conversaciones cotidianas entre ella y su "Tito" en las que recorren el fenómeno de la pandemia y cómo ella lo vive...desde la incomprensión, hastío y hartazgo, sentimientos que le llevan en innumerables ocasiones a insultar a sus familiares de forma muy graciosa, provocando las carcajadas de su sobrino, Tito.

  Desafortunadamente, debido a comentarios negativos de internautas y la incapacidad de Tito de sobrellevarlos, este decidió hace unas semanas cerrar el canal. Lo cual, despertó numerosos comentarios de gente que estaba "enganchada" a la cotidianidad con Pepa que se había tornado más amena gracias a ella. A través de los vídeos descubrimos una mujer cascarrabias resultado de la edad, pero que deja "entrever" una personalidad muy cariñosa, apegada a "los suyos", coqueta y sobretodo...muy graciosa y divertida.


A todas ellas - y a pesar de que seguramente no me oirán - gracias primero, por ser tal y como son - real o irrealmete - y por alegrarme/nos tanto siempre pero, en especial, esta época tan complicada. Sólo me queda decir...


¡VIVAN LAS SEÑORAS!

Sunday 10 May 2020

Días 46 al 55: Primavera por sorpresa.

...y, finalmente, llegó Mayo con su naturaleza bollante, su calor, sol, gente en las calles - con mascarillas, eso sí - niños/as jugando - sólo de 12 a 19 horas, también es verdad - terrazas a rebosar con gente disfrutando del buen tiempo - esto va a ser que no - y un largo etcétera que este año no es tan largo y está protagonizado, una vez más, por nuestro compañero, el coronavirus que cambia a su antojo todo lo que toca (literalmente) y Mayo junto a la primavera, no iba a ser menos...


                                                                                                                         
                                                                            ...

   

Hace ya una semana y un día llegó la ansiada salida en plena fase 0 del plan de desescalada que os comentaba en el post anterior. Una "salida" que estaba acotada, sin embargo, de 6 a 10 de la mañana y de 20 a 23 de la noche. El primer turno se antojaba demasiado "tempranero" para mi para tratarse de un sábado, así que tras un viernes de fiesta (era no lectivo debido al puente de Mayo) que acabó con sabor agridulce...agrio (por haber recibido una mala noticia de otro fallecimiento de un familiar, la cual me afectó bastante, quizá producto del estado emocional "sensiblón") y dulce (por haber disfrutado de una nueva sesión de belleza con una lección sobre mascarilla casera de la mano de mi prima) y un sábado de puente muy normal, caracterizado por las salidad mañananeras que me dejaban estampas de Torrejón como las de la foto...soleadas y con más gente, muy distintas a las que os ponía en aquella salida la primera semana de confinamiento oscuras y sin "un alma". Tan sólo rompió esa normalidad la falta de ejercicio con "la Patry" debido a que ya iba a salir a correr a las "esperadas" ocho de la tarde - lo que no evitó que me vistiese "para la ocasión deportiva" desde por la mañana (nada relacionado con las ganas que tenia de salir...¡que va!) - me planté a las 19 de la tarde donde me empezaba a poner hasta nervioso por la cercanía de "la libertad".



 
    A las 8 en punto y, como ya es tradicional, nos asomamos a la ventana esta vez con un aire - quizá mental- "distinto" que sabía y olía a alegría por la inminente salida que yo, personalmente, llevaba esperando semanas. Y así hice a las 8 y poco cogí mis "bartulos" de correr (cinta para meter el móvil, auriculares y móvil) y me lancé a la calle acompañado de mis padres que iban a dar una vuelta por su cuenta. La sensaciones fueron parecidas a aquella primera salida donde tuve que hacer una visita al medico y la farmacia. De nuevo, sentí es la sensación de estar en un película, una película apocalíptica protagonizada por un ciudadano de una pequeña ciudad dentro de un mundo en crisis debido a un minúsculo enemigo que estaba atacando a la sociedad: esta podría ser la escena donde el "prota" se enfrenta a la realidad exterior y se encuentra con una sociedad dispuesta a enfrentarse a la amenaza y salir adelante...no obstante, las precauciones cuya principal manifestación era la mascarilla le rodeaba y esa imagen le estaba enfrentando a la cruda realidad, una vez más, a él y al espectador...

   Por otro lado, tuve nuevos pensamientos como el de que "lo que antes era normal ahora es extraordinario" como, por ejemplo, que la calle estuviese llena de gente, ya no estaba acostumbrado a la multitud y eso me trasladó a otro pensamiento de cómo sería la nueva normalidad y nuestro "abordaje psicológico frente a todo ello". Con ese barullo de pensamientos y sentimientos, comencé a correr y me embriagó una sensación de libertad que me acompañó por todo el camino. Redescubrí rincones de Torrejón por donde solía correr antes de la llegada del compi esta vez, eso sí, nada de sitios vacíos por donde era complicado ver a alguien, sino con bastante gente disfrutando, al igual que yo, de la primera salida.
    Gente acompañadas de sus familias, que me hizo pensar en la parte positiva de esta experiencia, que nos está permitiendo redescubrir y retomar hábitos familiares "poco habituales" como observar a padres con sus hijos/as adolescentes dando una vuelta y compartiendo conversaciones sobre cualquier cosa. También y desgraciadamente, me enfrenté a la cara negativa del día, viendo numerosos grupos de gente y, en especial, jóvenes, que se habían juntado sin las medidas de seguridad apropiadas. 

    Además por el trayecto, gracias al día soleado que estaba haciendo y, en concreto, tras atravesar una zona de campo para llegar a uno de los barrios más a las afueras de Torreón: el barrio del Castillo, me dí cuenta que la primavera había llegado sin darnos cuenta o tener unas lígerisimas sospechas de ello, pero no había llegado normalmente, como lo hace todos los años: tras un paso gradual del frío al calor sino que, derrepente, estábamos saliendo a un mundo de flores, sol, polen, insectos, etc. Nos estábamos enfrentando a una primavera...por sorpresa. Lo cual me puso aún más contento (definitivamente soy una persona de calor).

    Todas esas sensaciones positivas fueron incrementando mi motivación y mi ritmo al correr e hicieron que no hiciese ni el menor caso a un pequeño dolor que estaba apareciendo en la rodilla...eso ahora no era importante. No obstante a mitad de camino se hizo más intenso y me obligó a parar durante un rato y percatarme de todo el paisaje más lentamente. No paré mucho pues mis ganas de correr eran tales que quería hacerlo durante la mayor parte del paseo y así hice...seguí con el dolor dispuesto a finalizar mi objetivo.

    No pude alcanzarlo pues la rodilla volvió a doler insistentemente y tuve que finalizar mi recorrido andando, lo que hizo que me encontrase con mis padres y fuesemos juntos a ver a mi abuela que se asomaría por la terraza a "lanzarnos" un "Hola, ¿qué tal estais?" y comenzar así una de las primeras conversaciones con alguien que no fuese mi familia directa en más de un mes y medio. Finalizamos nuestra caminata a eso de las 21:30 de la noche y llegué a mi casa - con la sensación de que había pasado "mucho tiempo" fuera de ella, como cuando vuelvo de vacaciones - con una sensación de plenitud como en pocas veces tras una carrera. Me duché y mi relajación no podía ser mayor, por lo que sólo tenía fuerzas para una película - o media, porque el sueño me invadía - y terminar así mi primera "jornada de libertad" de la temporada.

     Al día siguiente, domingo y día de la madre, aproveché que la rodilla aún seguía "dando guerra" para hacer deporte con nuestra querida "Patry" acompañado de mi hermano y mis primas para después recibir la comida sorpresa para mi madre que habíamos pedido y degustar la tarta que mi padre había preparado. La salida de aquella tarde no iba a ser tan "intensa" ya que me limité a dar un ligero paseo con mi familia que nos desembocó una tarde más a la terraza de mi abuela para felicitarle el día y llevarle un trozo de tarta. Algo que me percaté que no sólo era idea nuestra ya que nos encontramos con más gente que repartía sus horas "de libertad" para visitar a sus familiares, desde la distancia. Un hecho que me trasladó al caracter generalmente familiar de los españoles que nos hace aprovechar cualquier mínima oportunidad para establecer contacto, proteger y ayudar a los nuestros, un valor que nos engrandece como humanos.

    El fin del domingo daba paso a una semana diferente...marcada por el buen tiempo primaveral y las salidas que se convertirían para mí en el momento más esperado del día, mi "oasis" y el momento de despeje de días protagonizados, casi exclusivamente, por el trabajo...videollamadas, documentos, llamadas telefónicas, correos ocupaban gran parte de mi tiempo, pasando, la programación a un segundo plano, ya que no quedaba tiempo para ello. Esas salidas tuvieron que ser, como una amiga bautizaba de "Cocas" - COrrer y CAminar- para no agudizar el dolor de rodilla producto de mi "emoción" y optimismo de mi primera salida.

   Pasaba la semana y por fin, llegó el viernes, día 53 de confinamiento, en que - tras la "mala noticia" de que nos quedábamos en la fase 0 de nuestra particular "Españavisión" motivada por el coronavirus - puntualmente a las 20 salí dispuesto a "comerme el mundo a pasos" para darme una buena caminata que me despejase de toda la semana de intenso trabajo. Aquel día hacía una tarde de nuevo, muy primaveral, que sacó mi instito fotógrafo que aflora algunas veces y me animó a intentar buscar la "foto perfecta" utilizando cualquier escusa...un cielo anaranjado, una flor con un color intenso, etc. De nuevo, la caminata no defraudó y logró hacer que olvidase el estrés de la semana. Volví dispuesto a recordar "Cadena de favores" una película que tenía que recomendar en uno de los institutos que me hizo recordar lo mucho que me gustaba y evitó que me durmiese, como suelo hacer cuando elijo película como plan de viernes noche.


    El fin de semana trascurrió igualmente esperando que el reloj diesen las 20. El sábado, previo a la kebab.
salida, nos reunimos virtualmente para replantear parte de la celebración del 50 aniversario - una de las actividades que quedó "paralizada" antes de la llegada de la pandemia -  y, ya llegada la tarde y lejos de seguir mis planes de retomar el "running" (ya que la rodilla me lo impidió) - salí, de nuevo y tras una llamada con un amigo y su novia, a mi tradicional "COCA" que esta vez, eso sí, que dió mas oportunidad al "CO" con una mayor distancia recorrida, corriendo. También retomamos la tradición de pedir cena y degustamos un añorado

   



    Una nueva semana finalizaba con un domingo más frío - tanto físicamente (con aires de otoño) como psicologicamente (pues la muerte esta vez de un familiar de una amiga, de nuevo me "daba en la cara") contrastó con la calidez de amigos con los que  pude disfrutar de una nueva modalidad de vermú virtual con amigos y gestando la esperanza de una semana en la que los datos de muertes y contagiados nos iban a dejar avanzar - ¡por fin! - de fase hacia una fase 1 que va aumentando progresivamente nuestras actividades permitidas y nos acerca a esa "nueva normalidad" de la que tanto se habla estos días y de la que vamos conociendo detalles de forma muy gradual.