Wednesday 27 May 2020

Días 63 al 70: Socialización, ¿qué era eso?

"El hombre es un ser social por naturaleza": ya lo decía el gran - y estudiadísimo - Aristóteles. Odiado por algunos (sobre todo los jóvenes que se presentan a la prueba de acceso a la Universidad) y amado por otros muchos, lo incuestionable es que, primero, sigue siendo referente en la forma de pensar de occidente hasta tal punto que, como ya he indicado, sigue formando parte (tras siglos de Historia) del currículo del sistema educativo español y formando parte de una de las pruebas de evaluación más importantes en la vida de un estudiante y, segundo, dió - ya en su día - en la clave de uno de nuestros mayores pesares (para algunos/as) en esta pandemia...la socialización.





...



    La semana pasada por fin salió mi amigo el sol, se hizo de rogar...pero allí estaba el lunes, espléndido, como siempre. Esa bienvenida ya vaticinaba que se iba a tratar de una gran semana y, a pesar de "lo temprano" para adivinarlo, la verdad es que así fue. Fue una semana en la que me reecontré con dos viejos amigos - pero estos de verdad, nada de falsos "compis" como el coronavirus - el sol y la socialización, elemento que, en el medio de esta crisis, parecía ser lo menos importante y cuando nos reencontramos con ella, caemos en la cuenta de lo mucho que está en nuestra naturaleza - como ya adelantó nuestro filósofo "de cabecera" en esta entrada.

    La verdad que, llegado un punto, pensaba que las videollamadas habían sustituido casi por completo la socialización "presencial" y era algo que, aparentemente - sólo aparentemente - no hacía mella en mí. Pero esta semana iba a comprobar que esa creencia era solo eso "una creencia".

    Hace ya unas semanas una amiga de Torrejón me animaba a quedar, tomando las medidas de seguridad pertinentes (¡claro!), a lo que yo - a pesar de que en un primer momento acepté, a los pocos días me eché para atrás, por sentirme mal viendo las malas noticias que aún nos llegaban - pero la semana pasada, al no pasar de fase por segunda semana consecutiva, decidí "relajarme" un poco en ese sentido y reponder un - ¡venga va! (como una casa) - cuando recibí de nuevo la oferta, para quedar la semana siguiente.

  Como ya os contaba, la mayor parte de la semana nos regaló un sol radiante, así que pude retomar mis paseos/carreras a las 20 pero esta semana con una novedad que se antojaba emocionante a la par que intrigante...¡iba a hacerlo acompañado!.

    Y , de esta manera, tras un lunes de fase 0 soleado y de teletrabajo - con mucho menos carga de cosas a hacer, eso también ayudó a la semana "estrella" - me planté en la "víspera de la socialización" con un martes también más o menos despejado de trabajo y con hasta nervios por cómo sería esa primera salida con alguien que no fuese mi familia. Eso que antes dábamos por echo, ahora era algo momentáneo, limitado a un tiempo y que, por lo tanto, había que "exprimir" y sacar todo el mejunge posible para cargar fuerzas hasta la próxima vez que se vuelva a producir.

    A eso de las 19, terminaba de trabajar y me disponía, relajadamente, a enfundarme en mis mallas y mi camiseta de deporte...esta vez condicionado porque alguien me esperaba para la caminata de la tarde y el "gusanillo" y las preguntas de ¿Cómo era hablar con alguien en persona ? ¿Dónde había que mirar? ¿Qué temas será adecuado sacar? , en definitiva...¿Cómo se socializaba? - todo muy TGD, los compañeros/as educadores, me entenderán - estaban en mi cabeza y estómago. Gusanillo y preguntas que se despejaron al ver a mi amiga y sentir una ilusión inusual al ver a alguien - al menos antes de la "era COVID".

 
La caminata fue un no parar de hablar - cómo había ido todo este tiempo, próximos proyectos, series vistas y por ver, cómo estaba yendo el trabajo, etc...incluso nos pusimos  "HOT" y sacamos un poco de salseo al hablar de temas sexuales, que también estaban dando de sí esta cuarentena. Recorrimos medio Torrejón hasta que las piernas pidieron un respiro y decidimos volver a casa a eso de las 22 de la noche con una garganta inusualmente cansada de tener tanto ejercicio y una sensación de plenitud y alegría como poca veces en estos últimos meses. Los días siguientes se avecinaban con otro "color" tras haber tenido ese "despeje" tan "despeje" y que me hizo reflexionar sobre que os hablabla al principio de la entrada relativo a la naturaleza social del ser humano.

    Dos días más adelante, el jueves - día 65 de confinamiento - tocó, de nuevo, socialización "presencial" ya que quedé de nuevo con mi amiga para otra caminata acompañada de más anécdotas, cotilleros y demás "habladurías". Esta vez nos decantamos por la naturaleza y recorrimos parte de los caminos rodeados de campo que tiene Torrejón, vistas, olores y colores que se recargan , sumándose a la "carga de batería" que estaba suponiendo, ya de por sí,  esas salidas.

    Nuestro espíritu aventurero del día no tenía fin - eso y el aburrimiento, que es muy malo...- y nos propusimos descubrir qué sentido tenía hoy en día un misterioso antiguo almacén de "Galerías Preciados" a las afueras de Torrejón en cuya entrada rezaba "Ministerio de Educación y Cultura". Con el propósito de desenmascarar una trama propia de series como "Stranger Things" nos acercamos al portero el cual nos dijo que actualmente era un almacén del mencionado Ministerio, pero nuestro "alma investigadora" no nos dejaba creer tal escusa y seguimos pensando que ese almacén estaba lleno de intriga y que ahí "se cocía lo más grande". A pesar de este misterio sin resolver, volvimos a casa de nuevo recargados y dispuestos a enfrentar un final de semana que dejaría muchos "buenos sabores" de boca.

    Para comenzar, me llegaba una de las noticias más esperadas últimamente. Con motivo de una reunión presencial, la Jefa de estudios de uno de los institutos en los que trabajo, me propuso que el lunes nos viesemos físicamente para tratar esos temas pendientes a lo que yo - sin dudar un momento - respondí un (desesperado) ¡claaaaro! que desencadenó en una serie de imágenes en mi cabeza recreando los escenarios y momentos que viviría días más tarde. Para seguir con las "buenas nuevas" a media tarde recibimos la - también - esperadísima noticia de que el lunes, por fin...

¡PASARÍAMOS A LA FASE 1!

    Noticia que recibí con una inmensa alegría sobretodo tras "probar" de nuevo los beneficios de la socialización, hace poco redescubiertos. Noticia que, además, hizo que los próximos días del fin de semana se afrontaran con una energía diferente pues la ansiada "medio-libertad" ya estaba muy muy cerca. Y así transcurrió el fin de semana, entre ejercicio con la querida Patry, vermut y un último domingo de fase 0 que significaba mucho, pues era la antesala para poder relajarnos bastante en el confinamiento y acercarnos a lo que será "la nueva normalidad". Esa con la que me topé "de bruces" el mismo lunes en el que, como ya os he comentado, tenía que ir a uno de los institutos a una reunión presencial.

    Una vez más apareció "el gusanillo" en el estómago al enfilar la calle dispuesto a subirme en la Renfe como hace dos meses para llegar al Instituto. Un gusanillo, acompañado de la sensación de estar viviendo un nuevo "capitulo" de esta serie de ciencia ficción que actualmente es la vida real -¡qué metáfora todo! -. Nada más cruzar el dintel de la puerta del Instituto...reencuentros con compañeros/as en los que recorrimos de forma muy breve los últimos meses y nos pusimos rápidamente al día para hacer lo que iba a hacer...trabajar. Unos reencuentros que si bien estuvieron cargados de añoranza también de rareza pues hablar a través de una pantalla y una mascarilla, no es lo mismo, pero...en fin, tampoco podemos pedirlo todo.

   "Enfundado" en mi nuevo accesorio "pandémico" como era la pantalla nos pusimos a trabajar en
unos temas que teníamos pendientes, entre los que se "colaron" más de una vivencia de estos meses, así como risas desencadenadas por la situación que si te parabas a mirarla con detenimiento y análisis, era para reirse, ya que parecíamos sacados directamente de una mina o de la NASA.

   La mañana transcurrió recordando mi trabajo presencial y qué quereis que os diga...me encantó, la sensación de hablar, coordinarnos, analizar, aportar con la inmediatez de estar presente fisicamente facilita mucho las cosas y, además, produce bienestar al ver que todo eso va acompañado de una mirada, un gesto, una sonrisa, etc. En definitiva, sigo manteniendome en la idea de que me gusta mucho más el trabajo presencial. Volví a casa a eso de las 14.45 cargado de energía que se redujo un poco al volver a ver de nuevo la mesa de mi salón y recordar que eso solo había sido algo "fugaz" ya que, de momento, no volvería al trabajo presencial y quizá por todo el resto del curso.

    A pesar de todo, somos seres sociales pero también de costumbres y a lo largo de la semana esa sensación y ese "recuerdo" fue mitigandose y he podido volver a mi rutina de teletrabajo y salidas a las 20, hasta el próximo viernes donde se producirá mi primera socialización "en condiciones" al ir a casa de una amiga a tomar algo y cenar con otros amigos...lo que será la antesala del primer fin de semana de fase 1 que, aunque no se antoja excesivamente ocupado, va "inundandose" de planes y de "nueva normalidad"...

...Seguiremos informando.

Tuesday 19 May 2020

Días 56 al 63: Soy de sol y señoras.

    Siendo totalmente sincero, la semana pasada no fue una semana fácil...a lo que ya supone el reto diario de "vivir confinado" con todo lo que ello conlleva  - provocado fundamentalmente por vivir más personas en un espacio reducido la mayor parte del día: más estrés, estar más irascible, etc... - se unió que la climatología no acompañaba, ya que la mayor parte de la semana nos invadió un cielo nublado que no invitaba nada a la alegría y al optimismo...al menos para mí que, al contrario, que algunas peronas cuyo argumento es el de "pues ya que tengo que estar en casa, que haga malo..." yo soy de todo lo contrario...ya pueda estar estudiando, recluido estudiando o enfermo que siempre prefiero el buen tiempo para, al menos, mirar por la ventana y alegrarme la vista un rato.



    Hubo un día, el miércoles, día 58 de confinamiento, que esos días nublados dieron paso a, directamente, aguaceros que no invitaban ni a la alegría ni a salir, directamente...pero mi necesidad cuando dan las 20 de desconectar y salir de casa es tal que me lancé a una calle medio vacía - y, por una vez en los últimos meses, no era por el confinamiento - y una lluvia que fue "in crescendo" a lo largo de mi recorrido que me empapo de arriba abajo.

    Al principio, me produjo hasta sensación de libertad al agradecer que el paseo fuese -por una vez en toda la semana - solitario y hasta agradecí el fresquito pero cuando iba avanzando en el camino y el frío comenzaba a colarse por mi ropa ya mojada, la cosa empezó a dejar de ser "graciosa", mi ritmo comenzó a acelerar igual que las ganas por llegar a casa y cambiarme.

    Además de estas "condiciones externas" que poco ayudaban, de nuevo la pérdida, la muerte y el duelo sacudieron mi día a día, esta vez la abuela de una buena amiga mía nos despedía en estas extrañas circunstancias que hacen que los duelos se interrumpan y dejen sentimientos de desconsuelo, malestar y tristeza que sólo borrará el tiempo.

    Este "mejunje emocial" unido a otro "mejunje climatológico" de la semana pasada como os decía, dió paso a una semana apática y con sentimientos de hartazgo, duda por todo, incertidumbre (entre otros) a partes iguales, con momentos de "lucidez" que intentaban huir de todo aquello.

    Y, en estos días - y semanas - donde ni lo interior ni lo exterior acompaña, ¿qué hago?. Como seguramente, os he dicho en algún anterior post , tiendo a pensar que pasará y exprimir lo máximo posible esos momentos de evasión y buscarme otros, acompañado de...ELLAS.

    Que "¿quienes son ELLAS?" - me preguntarés - pues son mujeres de bandera - como yo digo -, mujeres con gracia y con arte, mujeres con una historia personal detrás que me atrapa y engancha...en definitiva, grandes mujeres con las que a lo largo de mi vida me he topado por diferentes medios (películas, series, Internet, etc.) y que a día de hoy me hacen reafirmarme en la idea de que: "Soy de señoras". A ellas acudo en momentos en los que , como en este confinamiento, me apetece evadirme y huir de la realidad por un rato.

     Todas ellas tienen cosas que he podido sacar puntos en común que hacen que me atrape y quiera cada vez más de ellas, lo que me lleva, incluso, a repetir sus vídeos en bucle admirando hasta el último detalle del mismo...una historia personal apasionante (que a algunos puede no parecerle tal pero, al menos, si lo es el relato que hacen de la misma), una forma de ser peculiar- a veces hasta extravagante, producto en ocasiones de la ficción a la que pertecen - que hace querer manera de expresarse tan peculiar que atrapa y dan ganas de ser su amigo/nieto/sobrino para poder disfrutarlas mucho más tiempo.

   Estela Reynolds de la mano de la serie de humor LA QUE SE AVECINA. En la segunda temporada de esta serie, se nos presentó a esta extravagante mujer, "Fernando Esteso le chupó un pezón".En definitiva, un personaje muy divertido a la par que odioso que me ha sacado más de una sonrisa.
La primera a la que conocí es a la gran
madre de una de las vecinas del bloque, que viene a pasar "unos diítas" que se convierten en meses y años. Estela es una mujer que vive de los restos de lo que fue o "lo que intentó ser" en el pasado que es, nada más y nada menos, que actriz en la gloriosa época del destape. Momento que repite en inumerables ocasiones remarcando la única escena que protagonizó en una película donde

  Otro buen día alguien me recomendó una película que me haría conocerla a ella...Cándida.Un personaje, descubierta en su avanzada edad por los cómicos "Gomaespuma" y llevada a la gran pantalla con una película a la que le daba nombre "Cándida", inspirada esta vez en una historia real. La segunda de "mis mujeres" contrasta con la extravagancia y los aires de superioridad de Estela
, por ser una mujer procedente de un barrio humilde de Madrid con una situación familiar complicada con un hijo discapacitado intelectualmente, otro metido en el mundo de la droga y la tercera que solo ve cuando le traen al bebé para que lo cuide. Cándida es una mujer que a pesar de su drama personal, entrañable y con un carácter que atrapa y engancha por su dulzura e inocencia. Características que deja de lado cuando su familia necesita que les saque de un apuro, que suele ser en bastantes ocasiones debido a las situaciones complicadas que tienen todos/as ello/as.


    Siguiendo a "mis señoras" me he percatado de que me gustan las historias sencillas, cercanas a la Julita Salmerón,una mujer nacida en Cuenca, que protagonizó el documental-película sobre su propia vida: "Muchos hijos, un mono y un castillo" bajo la dirección de su propio hijo, que relata la vida de esta fascinante mujer y sus tres proyectos vitales, que dan nombre a esta película.
realidad y que transmiten esa realidad de manera "decorada" y con un toque siempre, muy personal. Esto lo entendereis porque mi próxima "Señora" también está pegada a la realidad...su realidad que lejos de ser sencilla, está llena de peculiaridades, una mujer especial en su manera de ser, una manera de ser que "traspasa la pantalla" y te saca un a sonrisa en cada frase. Os hablo de

   


    A través de conversaciones, momentos familiares y anécdotas se repasa la vida y , en especial, los últimos años de Julita. Gracias a esta película - que he visto como tres veces y volvería a ver encantado- he ido conociendo a esta gran mujer y desentrañando sus gustos, opiniones, impresiones de la actualidad, etc. y, precisamente, me he reencontrado con ella en una cuenta Instagram que su hijo ha abierto para este periodo de confinamiento.

   




    Paquita Salas, personaje de serie creada por "los Javis" y que ellos mismos reconocen en una entrevista que está basada en ese concepto de "señora" que todos tenemos en España con referentes cercanos en nuestras madres y abuelas, en la televisión como Terelu Campos, etc. Paquita es una representante afincada en la Gran Vía que se ha quedado obsoleta y consecuencia de ello, va viviendo la pérdida de "representados" y el declive de su negocio hasta tener que...(SPOILER)...cerrar el chiringuito, para después reabrirlo para intentar "resurgir de las cenizas" con la ayuda de otros personajes peculiares como Magui, su secretaria con una personalidad frágil y protectora hacia Paquita, que para ella es Dios.
Igual de "pegada a la realidad" esta vez por su historia de fracaso, anclada en el pasado es

   
Esta representante tiene una forma muy visceral de resolver los conflictos, pero siempre fiel a sus ideales, aunque en alguna ocasión le cueste un contrato. A través de los capítulos vamos conociendo distintos aspectos de Paquita como que es una persona fría y que tiende a esconder el sufrimiento para "tirar para adelante".






   La última de "mis señoras" (hasta la fecha) es un gran descubrimiento de la cuarentena - por eso la he dejado para el final - una señora a la que a través del canal de You Tube "Mi tía Pepa y yo" donde su sobrino nos obsequiaba con sus vídeos, terminas considerando familia y cogiendola cariño. Hablo de "la tía Pepa", una señora gaditana del "Puerto de Santa María" que, debido a su avanzada edad, vive desde hace unos meses con su sobrino, Tito. A través de los vídeos se nos muestran
conversaciones cotidianas entre ella y su "Tito" en las que recorren el fenómeno de la pandemia y cómo ella lo vive...desde la incomprensión, hastío y hartazgo, sentimientos que le llevan en innumerables ocasiones a insultar a sus familiares de forma muy graciosa, provocando las carcajadas de su sobrino, Tito.

  Desafortunadamente, debido a comentarios negativos de internautas y la incapacidad de Tito de sobrellevarlos, este decidió hace unas semanas cerrar el canal. Lo cual, despertó numerosos comentarios de gente que estaba "enganchada" a la cotidianidad con Pepa que se había tornado más amena gracias a ella. A través de los vídeos descubrimos una mujer cascarrabias resultado de la edad, pero que deja "entrever" una personalidad muy cariñosa, apegada a "los suyos", coqueta y sobretodo...muy graciosa y divertida.


A todas ellas - y a pesar de que seguramente no me oirán - gracias primero, por ser tal y como son - real o irrealmete - y por alegrarme/nos tanto siempre pero, en especial, esta época tan complicada. Sólo me queda decir...


¡VIVAN LAS SEÑORAS!

Sunday 10 May 2020

Días 46 al 55: Primavera por sorpresa.

...y, finalmente, llegó Mayo con su naturaleza bollante, su calor, sol, gente en las calles - con mascarillas, eso sí - niños/as jugando - sólo de 12 a 19 horas, también es verdad - terrazas a rebosar con gente disfrutando del buen tiempo - esto va a ser que no - y un largo etcétera que este año no es tan largo y está protagonizado, una vez más, por nuestro compañero, el coronavirus que cambia a su antojo todo lo que toca (literalmente) y Mayo junto a la primavera, no iba a ser menos...


                                                                                                                         
                                                                            ...

   

Hace ya una semana y un día llegó la ansiada salida en plena fase 0 del plan de desescalada que os comentaba en el post anterior. Una "salida" que estaba acotada, sin embargo, de 6 a 10 de la mañana y de 20 a 23 de la noche. El primer turno se antojaba demasiado "tempranero" para mi para tratarse de un sábado, así que tras un viernes de fiesta (era no lectivo debido al puente de Mayo) que acabó con sabor agridulce...agrio (por haber recibido una mala noticia de otro fallecimiento de un familiar, la cual me afectó bastante, quizá producto del estado emocional "sensiblón") y dulce (por haber disfrutado de una nueva sesión de belleza con una lección sobre mascarilla casera de la mano de mi prima) y un sábado de puente muy normal, caracterizado por las salidad mañananeras que me dejaban estampas de Torrejón como las de la foto...soleadas y con más gente, muy distintas a las que os ponía en aquella salida la primera semana de confinamiento oscuras y sin "un alma". Tan sólo rompió esa normalidad la falta de ejercicio con "la Patry" debido a que ya iba a salir a correr a las "esperadas" ocho de la tarde - lo que no evitó que me vistiese "para la ocasión deportiva" desde por la mañana (nada relacionado con las ganas que tenia de salir...¡que va!) - me planté a las 19 de la tarde donde me empezaba a poner hasta nervioso por la cercanía de "la libertad".



 
    A las 8 en punto y, como ya es tradicional, nos asomamos a la ventana esta vez con un aire - quizá mental- "distinto" que sabía y olía a alegría por la inminente salida que yo, personalmente, llevaba esperando semanas. Y así hice a las 8 y poco cogí mis "bartulos" de correr (cinta para meter el móvil, auriculares y móvil) y me lancé a la calle acompañado de mis padres que iban a dar una vuelta por su cuenta. La sensaciones fueron parecidas a aquella primera salida donde tuve que hacer una visita al medico y la farmacia. De nuevo, sentí es la sensación de estar en un película, una película apocalíptica protagonizada por un ciudadano de una pequeña ciudad dentro de un mundo en crisis debido a un minúsculo enemigo que estaba atacando a la sociedad: esta podría ser la escena donde el "prota" se enfrenta a la realidad exterior y se encuentra con una sociedad dispuesta a enfrentarse a la amenaza y salir adelante...no obstante, las precauciones cuya principal manifestación era la mascarilla le rodeaba y esa imagen le estaba enfrentando a la cruda realidad, una vez más, a él y al espectador...

   Por otro lado, tuve nuevos pensamientos como el de que "lo que antes era normal ahora es extraordinario" como, por ejemplo, que la calle estuviese llena de gente, ya no estaba acostumbrado a la multitud y eso me trasladó a otro pensamiento de cómo sería la nueva normalidad y nuestro "abordaje psicológico frente a todo ello". Con ese barullo de pensamientos y sentimientos, comencé a correr y me embriagó una sensación de libertad que me acompañó por todo el camino. Redescubrí rincones de Torrejón por donde solía correr antes de la llegada del compi esta vez, eso sí, nada de sitios vacíos por donde era complicado ver a alguien, sino con bastante gente disfrutando, al igual que yo, de la primera salida.
    Gente acompañadas de sus familias, que me hizo pensar en la parte positiva de esta experiencia, que nos está permitiendo redescubrir y retomar hábitos familiares "poco habituales" como observar a padres con sus hijos/as adolescentes dando una vuelta y compartiendo conversaciones sobre cualquier cosa. También y desgraciadamente, me enfrenté a la cara negativa del día, viendo numerosos grupos de gente y, en especial, jóvenes, que se habían juntado sin las medidas de seguridad apropiadas. 

    Además por el trayecto, gracias al día soleado que estaba haciendo y, en concreto, tras atravesar una zona de campo para llegar a uno de los barrios más a las afueras de Torreón: el barrio del Castillo, me dí cuenta que la primavera había llegado sin darnos cuenta o tener unas lígerisimas sospechas de ello, pero no había llegado normalmente, como lo hace todos los años: tras un paso gradual del frío al calor sino que, derrepente, estábamos saliendo a un mundo de flores, sol, polen, insectos, etc. Nos estábamos enfrentando a una primavera...por sorpresa. Lo cual me puso aún más contento (definitivamente soy una persona de calor).

    Todas esas sensaciones positivas fueron incrementando mi motivación y mi ritmo al correr e hicieron que no hiciese ni el menor caso a un pequeño dolor que estaba apareciendo en la rodilla...eso ahora no era importante. No obstante a mitad de camino se hizo más intenso y me obligó a parar durante un rato y percatarme de todo el paisaje más lentamente. No paré mucho pues mis ganas de correr eran tales que quería hacerlo durante la mayor parte del paseo y así hice...seguí con el dolor dispuesto a finalizar mi objetivo.

    No pude alcanzarlo pues la rodilla volvió a doler insistentemente y tuve que finalizar mi recorrido andando, lo que hizo que me encontrase con mis padres y fuesemos juntos a ver a mi abuela que se asomaría por la terraza a "lanzarnos" un "Hola, ¿qué tal estais?" y comenzar así una de las primeras conversaciones con alguien que no fuese mi familia directa en más de un mes y medio. Finalizamos nuestra caminata a eso de las 21:30 de la noche y llegué a mi casa - con la sensación de que había pasado "mucho tiempo" fuera de ella, como cuando vuelvo de vacaciones - con una sensación de plenitud como en pocas veces tras una carrera. Me duché y mi relajación no podía ser mayor, por lo que sólo tenía fuerzas para una película - o media, porque el sueño me invadía - y terminar así mi primera "jornada de libertad" de la temporada.

     Al día siguiente, domingo y día de la madre, aproveché que la rodilla aún seguía "dando guerra" para hacer deporte con nuestra querida "Patry" acompañado de mi hermano y mis primas para después recibir la comida sorpresa para mi madre que habíamos pedido y degustar la tarta que mi padre había preparado. La salida de aquella tarde no iba a ser tan "intensa" ya que me limité a dar un ligero paseo con mi familia que nos desembocó una tarde más a la terraza de mi abuela para felicitarle el día y llevarle un trozo de tarta. Algo que me percaté que no sólo era idea nuestra ya que nos encontramos con más gente que repartía sus horas "de libertad" para visitar a sus familiares, desde la distancia. Un hecho que me trasladó al caracter generalmente familiar de los españoles que nos hace aprovechar cualquier mínima oportunidad para establecer contacto, proteger y ayudar a los nuestros, un valor que nos engrandece como humanos.

    El fin del domingo daba paso a una semana diferente...marcada por el buen tiempo primaveral y las salidas que se convertirían para mí en el momento más esperado del día, mi "oasis" y el momento de despeje de días protagonizados, casi exclusivamente, por el trabajo...videollamadas, documentos, llamadas telefónicas, correos ocupaban gran parte de mi tiempo, pasando, la programación a un segundo plano, ya que no quedaba tiempo para ello. Esas salidas tuvieron que ser, como una amiga bautizaba de "Cocas" - COrrer y CAminar- para no agudizar el dolor de rodilla producto de mi "emoción" y optimismo de mi primera salida.

   Pasaba la semana y por fin, llegó el viernes, día 53 de confinamiento, en que - tras la "mala noticia" de que nos quedábamos en la fase 0 de nuestra particular "Españavisión" motivada por el coronavirus - puntualmente a las 20 salí dispuesto a "comerme el mundo a pasos" para darme una buena caminata que me despejase de toda la semana de intenso trabajo. Aquel día hacía una tarde de nuevo, muy primaveral, que sacó mi instito fotógrafo que aflora algunas veces y me animó a intentar buscar la "foto perfecta" utilizando cualquier escusa...un cielo anaranjado, una flor con un color intenso, etc. De nuevo, la caminata no defraudó y logró hacer que olvidase el estrés de la semana. Volví dispuesto a recordar "Cadena de favores" una película que tenía que recomendar en uno de los institutos que me hizo recordar lo mucho que me gustaba y evitó que me durmiese, como suelo hacer cuando elijo película como plan de viernes noche.


    El fin de semana trascurrió igualmente esperando que el reloj diesen las 20. El sábado, previo a la kebab.
salida, nos reunimos virtualmente para replantear parte de la celebración del 50 aniversario - una de las actividades que quedó "paralizada" antes de la llegada de la pandemia -  y, ya llegada la tarde y lejos de seguir mis planes de retomar el "running" (ya que la rodilla me lo impidió) - salí, de nuevo y tras una llamada con un amigo y su novia, a mi tradicional "COCA" que esta vez, eso sí, que dió mas oportunidad al "CO" con una mayor distancia recorrida, corriendo. También retomamos la tradición de pedir cena y degustamos un añorado

   



    Una nueva semana finalizaba con un domingo más frío - tanto físicamente (con aires de otoño) como psicologicamente (pues la muerte esta vez de un familiar de una amiga, de nuevo me "daba en la cara") contrastó con la calidez de amigos con los que  pude disfrutar de una nueva modalidad de vermú virtual con amigos y gestando la esperanza de una semana en la que los datos de muertes y contagiados nos iban a dejar avanzar - ¡por fin! - de fase hacia una fase 1 que va aumentando progresivamente nuestras actividades permitidas y nos acerca a esa "nueva normalidad" de la que tanto se habla estos días y de la que vamos conociendo detalles de forma muy gradual.